Ya están aquí Los Vengadores, la reunión de superhéroes de Marvel. Hulk, Iron Man, El Capitán América, Ojo de Halcón, La Viuda Negra y Thor juntos en una megaproducción hiperpalomitera que derrocha toneladas de diversión y en la que Tony Stark y Bruce Banner brillan por encima del resto.

Desde 2008, con el estreno de Iron Man, Marvel -que debutaba entonces como productora de cine- ha estado preparando a conciencia el desembarco de su proyecto más ambicioso. Y el esfuerzo no ha caído en saco roto, ya que la cinta dirigida por Joss Whedon es la mejor y mas conseguida película de la factoría de superhéroes.

Whedon aprovecha a la perfección la labor de prólogo que durante esos años han venido haciendo las películas de los héroes en la estrategia de Marvel. La sombra de SHIELD y de su líder Nick Fury planeaba -normalmente en forma de epílogo tras los títulos de crédito- sobre cintas más o menos afortunadas como El increíble Hulk, Thor, El Capitán América o las dos entregas de Iron Man.

Las presentaciones de casi todos los personajes era un tedioso trámite que ya estaba superado -incluso en el caso de Loki, el villano principal- así que solo era cuestión de juntarlos… y comenzar con los fuegos artificiales. El resultado es simplemente espectacular.
UN GRUPO VARIOPINTO

Un cubo cósmico con poder ilimitado, que también conocíamos con anterioridad y cuya existencia pone en jaque al planeta, es la excusa perfecta para reunir a este puñado de seres extraordinarios. Nick Fury (Samuel L. Jackson) se pone manos a la obra y aprovecha el arduo trabajo hecho durante años para ensamblar en un tiempo record a este supergrupo. Su misión: hacer frente a un poderoso ejército alienígena que capitaneado por Loki -al que vuelve a dar vida de forma más que solvente Tom Hiddleston- amenaza con someter a toda la humanidad.

Al paso de estas urgencias interplanetarias saldrán un millonario ególatra, vividor y mujeriego -dice que reformado- (Robert Dowyney Jr. a.k.a Iron Man); un semidios repudiado por su padre que no sale de casa sin su martillo (Chris Hemsworth a.k.a Thor); un boy-scout XXL con una fuerza sobrehumana que ha pasado medio siglo congelado (Chris Evans a.k.a. El Capitán Améica); y un científico al que se le fue la mano con la radiación y desde entonces tiene ciertos problemillas de control de la ira (Mark Ruffalo a.k.a. Hulk).

Un grupo de lo más variopinto, aderezado con una letal espía de curvas de infarto (Scarlett Johansson a.k.a. La Viuda Negra) y una versión 2.0 de Guillermo Tell (Jeremy Renner a.k.a. Ojo de Halcón), que deberán aprender a dejar sus egos al margen para luchar codo con codo.

Y aunque el mejunje no es equilibrado -Iron Man y Hulk destacan por encima del resto tanto en las escenas de acción como en las gracietas y chascarrillos- Wheddon sí consigue que la mezcla fluya de forma bastante homogénea y, sobre todo, que sea muy sabrosa.
DOS HORAS DE ACCIÓN Y HUMOR

Los Vengadores no inventa nada ni pretende dotar a sus personajes de una artificiosa profundidad, sino que sigue paso a paso la línea marcada gestionando con mucho éxito este All Star de superhéroes. Wheddon exprime al máximo el carisma de sus personajes -del que lo tenga- y potencia sus virtudes e intenta minimizar sus debilidades.

Y, lo más importante, consigue un producto 100% espectacular, divertido y con una envidiable factura técnica sin saturar al espectador. Una cinta que respeta el espíritu y la iconografía del universo Marvel sin caer en el ridículo ni en el tedio. Sus más de dos horas de metraje se pasan volando entre golpes (de humor y de los otros) y soberbias escenas de acción tridimensionales.

Y es que en Los Vengadores, las innumerables secuencias de lucha no apabullan al espectador con una vorágine anárquica de explosiones que no permiten siquiera distinguir quienes son los buenos y quienes los malos. Son tan diáfanas y limpias como imponentes. Que tomen buena nota Michael Bay y sus Transformers, que ya amenazan con una cuarta entrega.

En resumen, que el órdago lanzado por la Marvel le ha salido mejor de lo esperado. Ahora habrá que ver si las anunciadas secuelas -incluida la de Los Vengadores que, cómo no, también tiene escena tras los títulos de crédito- mantienen el nivel de este clásico instantáneo del género. Un golpe (de martillo) encima de la mesa para dejar bien claro que estas cosas también se pueden hacer así. Es decir, bien.