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Pocos minutos después de las diez de la mañana, la estación de bomberos Los Ángeles, California, recibió una llamada de auxilio: “Hay una mujer inconsciente en el hotel Marina del Rey”. La misma llamada se recibió en el 911.

Hacia el mediodía se supo que esa mujer era la actriz Lindsay Lohan. Cuando los paramédicos llegaron al hotel, la encontraron efectivamente incosciente y deshidratada. Los medios estadounidenses comenzaron a difundir la noticia con tono de alarma ya que Lohan tiene un historial de abuso de dorgas y problemas legales.

Tras varios minutos, finalmente la actriz despertó.

Según los paramédicos, Lindsay contestó sin problema las preguntas de rutina: su nombre, ubicación y qué había pasado antes del desvanecimiento. De acuerdo con su relato, estuvo trabajando el jueves en el rodaje de la película Liz and Dick . La sesión se extendió hasta las ocho de la mañana de ayer.

Llegó al hotel y entonces llamó a la producción del filme porque se sentía mal. Un asistente llamó a un médico particular quien, a su vez, pidió a los empleados del hotel que subieran a revisar a Lohan.

Pero Lindsay no abrió la puerta porque ya estaba inconsciente.

Steven Honig, vocero de la producción de Liz and Dick asegurp que que “Lohan ha tenido un calendario extenuante en días recientes y que hizo una siesta el viernes por la mañana antes de filmar una escena de la película para televisión”.

Agregó que los productores se preocuparon al ver que la actriz no salió de su cuarto cuando esperaban pero que en cuanto fue estabilizada por los bomberos y paramédicos, Lindsay dijo que estaba “bien” y que regresaría al set de filmación ayer mismo por la tarde. “Estaba extremadamente cansada y ligeramente deshidratada”, preciso el vocero. “Fue a su casa a descansar y regresará a trabajar”.