La malvada por excelencia del cine infantil se convierte en “Maléfica”, una hada traicionada y que actúa movida por el dolor, muy alejada de la rencorosa bruja de “La bella durmiente”, uno de los cuentos más adaptados al cine y que ahora llega con una impresionante Angelina Jolie como protagonista.
Desde que Disney adaptó a la animación, en 1959, ese cuento de Charles Perrault, son muchas las versiones cinematográficas que se han hecho de una historia que se ha mantenido inalterable hasta hoy, cuando “Maléfica” de Angelina Jolie lo reinterpreta en una clave más humana y moderna y desde otro punto de vista.
Una película que llega hoy a las salas de todo el mundo y que sorprende, algo que parecía imposible tras la avalancha de nuevas adaptaciones de cuentos clásicos de los últimos años. “Caperucita Roja”, “Blancanieves” -por partida doble-, “Hansel y Gretel” o “Alicia en el país de las maravillas” inundaron las pantallas de los cines con mayor o menos fortuna.
Con “Maléfica”, Disney demuestra ahora que el filón de los cuentos infantiles aún no se ha agotado y lo hace planteando una versión muy diferente de “La bella durmiente” y, sobre todo, de la relación de la bruja con la dulce Aurora.
Maléfica es una niña hada, inocente, feliz y optimista, hasta que conoce a un niño humano que le rompe el corazón y que se convertirá en el rey del territorio vecino, gracias a traicionarla para demostrar su lealtad al monarca anterior.
Razones que justifican la actitud vengativa de Maléfica, que se convierte en una bruja malvada más parecida al personaje original del cuento de Perrault.
Pero su relación con la sonriente y bondadosa Aurora -a la que interpreta de pequeña Viviene, hija de Jolie y de Brad Pitt, y de adolescente, Elle Fanning- da otro giro a la historia.
Una Maléfica cuya dura imagen exterior está diseñada para contrastar con su compleja personalidad. A Jolie le pusieron unas prótesis de pómulos para que aparecieran extremadamente afilados y de orejas puntiagudas, además de unos cuernos y unas enormes alas que le confieren un aspecto amenazante, el cual se redondea con un vestuario que pasa del verde al negro en su fase más dura.
Cuatro horas diarias de maquillaje convertían a la actriz en Maléfica, a la que rodea un mundo de fantasía recreado en los estudios Pinewood de Londres, donde se construyeron 40 decorados diferentes, incluyendo un gran salón de 460 metros cuadrados.
Además, el castillo del rey es una reproducción del de la película animada, que se tardó 14 semanas en poner en pie, y la cabaña en la que Aurora pasa su infancia con tres hadas, Imelda Staunton, Juno Temple y Lesley Manville, contaba con un techo de paja auténtico.
Una estética muy cuidada para un gran espectáculo visual que supone el debut en la dirección de Robert Stromberg, profesional de los efectos especiales y ganador de dos Oscar por su trabajo en la dirección artística de “Alice in Wonderland” y “Avatar”.
Debut de altura para Stromberg, que quería mostrar una Maléfica más realista que en otras adaptaciones anteriores del cuento y que los espectadores vieran el personaje bajo una nueva luz, además de conocer “la génesis de algunos elementos de la historia que les recuerdan a la película original”, según señala en el “dossier” de prensa del filme.
Esta visión casaba perfectamente con la imagen que Jolie quería dar de Maléfica y en la que se implicó personalmente -diseñó hasta las lentillas que usó durante el rodaje-, así como en la producción del filme.
“Cuando era niña, temía y amaba a la vez a Maléfica. En ocasiones, los niños se ven atraídos por aquello que les da miedo o que no entienden. La veía como una mujer tan poderosa y que parecía pasarlo tan bien, a pesar de ser perversa, que me provocaba una enorme curiosidad”, explicó Jolie en una entrevista antes del preestreno de la película en Londres.
El resultado es una película entretenida, con mucha fuerza visual y que demuestra que siempre se puede dar un giro a cualquier historia, por muy conocida que sea.