Eso de tener poder y de que el poder – supuesto poder, porque finalmente es finito, temporal – es algo verdaderamente para pensar; de todo hay, como en botica, pero refulgen, brillan los casos en los que el supuesto poder los marea, los ciega, los hace que se crean el Everest del conocimiento, experiencia y se sienten omnipotentes, omniscientes y que todo lo saben; que sofocan, acaban, un incendio con una flatulencia y son capaces de echarse el océano en un buche de agua. Existen personas a quienes el ejercer un minúsculo, nanométrico espacio de poder hace que se manifiesten sus complejos napoleónicos y se sienten grandes, enormes, gigantes… en realidad no rebuznan…porque la Madre Naturaleza no lo permite; si lo permitiera … ¡Dios nos libre de pendejos con ideas brillantes!
Recuerdo a un compadre que en una ocasión, y en tertulia de amigos me hizo el jocoso comentario… ¡Cómo quisiera ser jefe, compadre, para que mis pendejadas se cumplieran!… MI comentario fue… ¡Dios nos libre, compadrito…Dios nos libre!
Viene esto a cuento porque en esta semana algunos Medios informativos dieron cuenta de una nueva disposición generada de las autoridades del Registro Civil del estado de Sonora. Resulta que, conforme a dicha orden-instrucción-disposición de esa dependencia, NO SE AUTORIZARÁ QUE A LOS RECIÉN NACIDOS SE LES REGISTRE CON NOMBRES, A JUICIO DE LA AUTORIDAD, PEYORATIVOS.
La intención de este genio, o genios brillantísimos, es proteger a los inocentes menores de que no lleven nombres que en un futuro pudieran ser considerados infamantes y ser motivo por esto, de burlas y molestias…ya ve cómo está esto del famoso bulling.
Para muchos esta disposición es buena; para otros esta es equivocada.
Curiosamente, por una parte se promueven libertades y el derecho de una persona a decidir sobre su cuerpo, sobre la maternidad, el aborto, su preferencia sexual, el matrimonio entre personas del mismo sexo, el que puedan o no fumar marihuana – ahora se está buscando su despenalización -o ingerir, o no, bebidas embriagantes, etc., pero ahora, se prohíbe a los sonorenses el que sus hijos se llamen como ellos quieran; por ahí en alguna parte del mundo alguien registró a su hijo con el nombre de FACEBOOK; uno más, le puso a su hijo el nombre de TWIETER; hubo, quienes registraron nombre como Súperman, Aquaman, Bátman…y así por el estilo.
En el reciente pasado la Iglesia se opuso a que los padres, con todo el derecho del mundo, registraran y bautizaran a sus hijos con los nombres que ellos deseaban; cedieron, inicialmente, siempre y cuando llevaran el nombre de un santo, más el tiempo pasó, y el tiempo de las revoluciones incruentas abatió esas barreras logró que esos usos y costumbres se desplomaran y ahora vea los nombres de los hijos de esta generación de la informática y electrónica aplicada a la comunicación: Hiroshi Sharaki, Kamasutra, Vimer, Holly, Zoe, etc., etc.
El asunto de la lista de la dirección de registro civil de Sonora mueve más a risa que a molestia, aunque bien podrían ser las dos; a lo anterior debe sumarse la ignorancia sobre las características y hechos históricos, no únicamente dogmáticos, católicos, cristianos, de los nombres descontinuados… Tener autoridades así….¡Dios nos libre!