Etelberto Cruz Loeza.

 SIN LEYES, VIVIRÍAMOS COMO LOS ANIMALES. PERSONAJES CENTRALES EN LA SERIE JOHN WICK.

EL CAMBIO ES LA CONSTANTE, PERO ¿POR QUÉ DEBE CAMBIAR HACIA…? PREGUNTA SOLILOQUIO DE WINSTON CHURCHILL, EN ALGUNA PLAYA DE ARGELIA. 1941. EN EL CHACAL DE FREDERICK FORTSIGHT.

LA PLURALIDAD NO SE GOBIERNA. HARRY S TRUMAN

                Afirmaré algunos hechos para estar tranquilo, por si cometo errores, pero uso mi sentido común, que en ocasiones no es muy común.

                No soy abogado. Mucho menos constitucionalista.

                Me extraña los escenarios   de estos momentos y del muy reciente pasado que están frente a nuestros ojos en nuestro país, particularmente entre los asuntos de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

                Mi lógica me dice que un hecho continúa vigente hasta la fecha establecida…pero la realidad y la política indican otras cosas.

Se sabe, matemáticamente, que dos y dos son 4, pero desde la óptica política, puede ser otra cantidad, pero no cuatro…

Se dice que sin un producto-objeto-situación tiene un costo, en este momento, pero…sial alto funcionario lo desea para ayer…tendrá otro costo.

Luis Spota lo presente como diálogo en su serie La Costumbre del Poder:

El líder estudiantil Urías le dice a Víctor Ávila Puig: esto tiene este costo: un antes, un ahora y un después.

Todo lo anterior viene a cuento pro la escenografía sobre los escenarios de estos días de la sobreviviente Reforma Judicial y reforma a la Constitución Política de nuestro país, particularmente a la carta de renuncia delministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena.

Está dirigida en lo general y en específico al H. presidente de la Mesa directiva de la Cámara de Senadores…

Hoy me enfrento a una reforma constitucional que acorta el mandato para el cual fui investido.

Se me presentan dos opciones: someterme a un proceso de elección popular o presentar mi renuncia.

No me considero un candidato adecuado para un cargo que dependa del voto popular. Si bien mi trayectoria y capacidades me califican para la judicatura, es en esa para la que me siento más apto – donde la función no consiste en validar la voluntad de las mayorías, sino en resguardar los derechos de quienes más lo necesitan.

He decidido presentar mi renuncia. Lo hago dentro del plazo establecido en el séptimo transitorio de la reforma, no por haber en mí una vocación repentina por la puntualidad, si no porque la norma es clara: si no renuncio en tiempo, entraría dentro de la hipótesis del tercer párrafo del artículo 98 de la Constitución que exige causa grave para justificar la renuncia extemporánea. Y aunque podría improvisar una tragedia menor para cumplir con esa formalidad, la verdad es que no poseo tal causa grave.

Renuncio, no como quien abandona una tarea inconclusa, sino como quien entiende que los cargos públicos son préstamos temporales, conferidos para ser desempeñados con decoro, mientras dure en el encargo.

El único lujo que me permito al dejar este puesto es hacerlo con la serenidad de haber sido fiel a mis principios constitucionales que guían esta labor.

Al final el verdadero triunfo no es aferrarse al cargo, sino saber cuándo dejarlo con gracia, consciente de que nadie es indispensable, sólo libre.

Finalmente, no fue posible fallo de la máxima autoridad jurídica del país – Suprema Corte de Justicia de la Nación –  y la reforma al poder judicial avanzó, dado que un ministro votó en el sentido contrario a la mayoría, pero no fue Mayoría Calificada – fue una fisura lamentable en el escudo de los 8 – 7 contra 4 – y todo se fue al… ¿(desastre)¡!?

¿Qué pasará?

Nadie lo sabe.

En Estados Unidos, el pasado martes 05 del presente se realizaron elecciones para elegir a su nuevo presidente de la Unión y el resultado fue, para mí, inesperado: resultó electo el candidato republicano Donald Trump y, además, también triunfó-obtuvo la Mayoría en la H. Cámara de Senadores.

Con estos dos resultados estados Unidos está en escenario inéditos y que pueden resolverse o en los tribunales federales y/o después del 20 de enero de 2025.

Inédito e histórico, porque es la primera ocasión que en el mundo occidentalizado y país demócrata y, en este caso, una República – un candidato a la presidencia de la República, culpable de Felonía y acusado, sujeto a proceso y que está siendo juzgado por varios ¿delitos? Políticos, fiscales, civiles y en donde su Suprema Corte de Justicia de la Unión no ha definido si el expresidente Donald Trump puede tener o no inmunidad – la famosa Enmienda 14 -. (En Brasil, su actual presidente Luis Inacio, Lula, Da Silva estuvo en prisión y de ahí salió en libertad y fue candidato a la presidencia de la República y triunfó. En Inglaterra, el ex primer Ministro Boris Yeltsin se vio obligado a renunciar por no cumplir sus propias leyes, pero eso es de otra categoría, dado su sistema Parlamentario y tienen sus propios mecanismos.)

Ahora bien, en Estados Unidos todo debe definirse antes o el mismo día de su toma de posesión, 20 de enero de 2025.

Si es antes, Estados Unidos podría iniciar, o no, una crisis constitucional y político partidista histórica de caminos y escenarios que pondrían a prueba la fortaleza de su República y de sus instituciones Republicanas, jurídicas y a su sociedad, que, evidentemente está bastante dividida y en donde la congruencia está de por medio.

Todos los delitos federales, particularmente, el delito de incitación a la violencia – 6 de enero de 2021 para tomar el Capitolio –  e insurrección, los homicidios resultantes, los delitos fiscales, los documentos político-jurídicos de seguridad nacional, secretos en su residencia de Mar a Lago, los delitos fiscales para no pagar impuestos, los sobornos a la comunicadora y a la actriz porno están esperando el fallo de los jueces en los respetivos tribunales.

Si es después de su Toma de Posesión,él sería perdonado de todos sus delitos por su nuevo titular del Departamento de Justicia.

Y cosas como éstas sucede en casi todo el mundo: Rusia, Corea del Norte, España, Francia, Italia, Grecia, Portugal, Perú, Bolivia, Ecuador.

¿Qué sucede en el mundo, que desean sus sociedades?