Con el riesgo de que se molesten los lectores de esta revista y, con la probable y/o supuesta, infracción de los derechos de autor de EL FINANCIERO y de Alejandro Cacho, columnista de ese diario, y aun más como esta colaboración no genera ingresos al suscrito, ni a sus directivos, transcribiré segmentos de su colaboración publicada en la edición del miércoles 15 del presente del citado periódico.

Lo titula-cabecea así: “Michoacán, ¿Ahora sí?

¿Por qué hemos de creerle al gobierno que ahora sí pondrá orden en Michoacán? La verdad, no lo sé.

Una parte importante del territorio michoacano está en guerra. Una guerra civil gestada durante décadas, producto de la presencia del narcotráfico, la corrupción y la indolencia de los gobiernos y de la sociedad. Una guerra que se veía venir y que nadie, nadie, hizo algo para evitarla.

Miguel Ángel Osorio Chong, el secretario de gobernación, firmó un convenio más con el cuestionadísimo gobernador de Michoacán Fausto Vallejo Figueroa. En el Palacio de Gobierno, reunió a los integrantes del gabinete de seguridad y a las autoridades locales para anunciar a los medios de comunicación y a los mexicanos que, ahora sí, hará que lo que la ley ordena. Qué ahora sí cumplirá con su deber. Que ahora sí el Estado Mexicano se hará sentir en esa región azotada por el crimen organizado.

Tuvo que ser el caos que estalló en Apatzingán, y en toda esa región de la tierra caliente, lo que hizo reaccionar al gobierno. Tuvo que ser el hartazgo de una población aterrada por la amenaza de los narcos, secuestradores y extorsionadores y la presencia de las autodefensas lo que obligó a Osorio Chong adoptar una decisión tardía y carente de imaginación

¿Por qué firmar un convenio con el gobierno de Michoacán para que la Federación cumpla con su obligación constitucional de acudir en auxilio de cualquier estado de la república amenazado? ¿Por qué acordar con el incapaz gobierno de Fausto Vallejo lo que el Gobierno de la República tiene como obligación y que es garantizar la seguridad de la población?

Al secretario Osorio Chong le faltó un pequeño detalle: Sentar en la mesa y acordar con los grupos de autodefensa deponer las armas, regresar a sus vidas normales para permitir que la autoridad cumpla con su deber

Faltan también resultados rápidos y contundentes en lla lucha contra los cárteles del narcotráfico que han azotado todos los municipios michoacanos y que han desplazado a las instituciones del Estado para implantar su ley, la ley del terror.

Falta que se esclarezca sin duda alguna si hay o no, si hubo o no, funcionarios de cualquier gobierno involucrados con el narco. Y encarcelar a quienes lo merezcan. Las acusaciones en ése sentido siguen vigentes y el silencio de la autoridad en ese tema, también.

Falta despejar todas las dudas que hay sobre el origen, los fines y el financiamiento de los grupos de autodefensa. Es necesario que México sepa, con toda certeza, si se trata o no de grupos paramilitares financiados por el narco.

Aun nos falta mucho por ver. Lo más probable es que el Ejército Mexicano no salga bien librado de esta nueva tarea para resolver lo que la autoridad civil no pudo o no quiso evitar. Esperemos”. (Sic)

Faltando mucho por venir, y por ver, todo podría quedar en una Gran Mentira y/o magnífica puesta en escena y lo que estamos viendo=comentando, son escenas de actos de una Gran Comedia, que se escribió siguiendo la máxima de Goebbels: Mentir, mentir… ¡Cuánto más grande es una mentira, más difícil es destruirla! ¿Lo veremos y sabremos?