Ya terminó el Guadalupe-Reyes y volvemos a la realidad. Seguro que hoy regresaste a tu trabajo con toda la energía positiva después de pasar tiempo con tu familia y descansar. Ahora puedes recordar ¿Qué deseaste mientras te comías las uvas en Año Nuevo? Para convertir esos deseos en metas poderosas te proponemos dar los siguientes pasos.

1. Metas en Positivo, Medibles y Alcanzables

Positivo

Tus acciones respaldan a los pensamientos y palabras. La persona que se fija como meta, “no tener problemas con el dinero”, continuará enfocándose en los problemas financieros y la carencia; en que la cosa está muy difícil y así seguirá. En cambio, fijar una meta en positivo sería algo como esto: “quiero tener mucho dinero”. Por su puesto, habrá que hacer bastantes cosas más para lograrlo, pero ya tienes la base en positivo.

Medibles

Asegúrate de conocer el momento en que consigas tu meta; por ejemplo, “quiero tener mis tarjetas de crédito en ceros para junio de este año”. ¿Ves la diferencia con el anterior de “quiero tener mucho dinero”?

Alcanzables

Alguien dijo: “Mejor que tener un yate, es tener un amigo con su propio yate”. Y si aún así deseas tu yate, está bien, pero vámonos por partes, ¿qué tal comenzar con una trajinera de Xochimilco? Lo anterior te lo digo con humor y respeto; sin embargo es cierto, a veces confundimos el sueño con la meta, y el sueño está compuesto por varias metas, anuales en este caso. Por lo que tu meta debería estar a la altura de tus recursos y posibilidades. Recuerda que una gran bola de nieve comenzó con un copo pequeño.

2. Alineadas a tu Propósito de Vida

La acción es buena, la acción dirigida aún mejor.

Primero reflexiona ¿En quién me quiero convertir? No queremos subir por la escalera solo para llegar a lo más alto y darnos cuenta que debimos haber colocado la escalera en la pared de enfrente. La acción dirigida hacia tu propósito de vida es ideal. Ahora, ¿quieres un consejo? Pega la pregunta frente a tu cama para que todos los días antes de dormir la respondas. Te estarás programando para convertirte en esa persona.

3. Distribuidas en tus plataformas

Más enfoque y menos equilibrio. No se trata de mantener un equilibrio entre tus áreas o plataformas de vida como son:

•Personal

•Familiar

•Laboral

•Social

Se trata de que conozcas tu plan de vida, tan adelantado como puedas, y entonces le dediques este año a lo que “tú” consideres más importante; por ejemplo, crecimiento familiar, ya que te acabas de casar, o tener un hijo; o laboral, porque tu empresa ha comenzado a exportar, o ascendiste en ella; o personal, si te metiste a una maestría, etcétera.

Olvídate de las etiquetas de “bueno” o “malo” que dicta la sociedad. Ya sabes: “siempre la familia debe venir primero…”, y yo me pregunto: ¿Qué valor les aportaré si no sé cuándo fue la última vez que leí un libro? Te lo digo con mucho respeto.

Vaya, primero debes oxigenarte para estar bien y después ayudar a tu familia, brillar en tu trabajo, etcétera. Y lo mismo sucede con tus metas anuales: los demás pueden no entender tu panorama completo de vida, ni la razón por la cual este año te enfocarás en lo personal o social… no te preocupes, ocúpate en realizarlo. Corre tu propia carrera.

Lo que no puedes medir no puedes perfeccionar

4. Segmentadas en tiempo

Una vez que tienes tus metas para el año, fija un tiempo para conseguirlas:

•Anuales

•Trimestrales

•Mensuales

•Semanales

•Diarias

Revisa tus avances. Por ejemplo, puedes dedicar cada sábado a darte cuenta de lo que puedes mejorar y lo que estás haciendo muy bien. Te mantendrás en el camino correcto para continuar alcanzando la meta mensual, trimestral y anual. Recuerda que es más poderoso fijar 5 metas y enfocarte sólo en esas 5, que 12 y dispersar tu enfoque, recursos y tiempo.

Recuerda que el éxito y la felicidad no es un asunto de Capacidad, es un asunto de Carácter.