Como terapeuta en adicciones, trabaja en el Proyecto Ariadna, una iniciativa dedicada a la prevención, educación y tratamiento de adicciones.
Hace tres años inauguró el Centro de Rehabilitación en donde, junto a médicos, psiquiatras y psicólogos, brinda una opción humana y profesional para ayudar a los pacientes a recuperarse de sus adicciones.
La difícil tarea la asume con devoción y determinación, buscando en todo momento alcanzar una sola meta: la recuperación del paciente.
¿Qué es la adicción?
La adicción es una enfermedad física, emocional, espiritual y social. Es una enfermedad sumamente compleja, porque ataca al individuo, a la familia y a la sociedad en general. La progresión de una adicción puede dividirse en tres fases: 1. La fase social, que es cuando la persona tiene control y nunca tiene consecuencias derivadas del uso de alguna sustancia o de algún comportamiento. 2. La de abuso: la persona pierde el control y su forma de actuar trae consecuencias. Y 3. La adicción pura, que es cuando la persona ya no consume o actúa porque quiere sino porque lo necesita. Ya no lo hace buscando placer, sino buscando aliviar el dolor.
¿Qué tipos de adicciones hay?
Hay adicciones a sustancias y a comportamientos. Las adicciones a comportamientos se definen porque es un comportamiento que se sale de control y trae consecuencias. Hay adicción a la comida, a Internet, al juego, al sexo, al trabajo y muchas más.
En el caso de la adicción a sustancias, el alcohol y la droga, tiene características muy específicas. La primera es que existe tolerancia a la sustancia, lo que quiere decir que cada vez la persona necesita mayor cantidad para obtener el efecto que está buscando. Segundo, debe existir un síndrome de abstinencia, que quiere decir que cuando la persona deja de consumir, su cuerpo sufre la necesidad de adquirir la sustancia. También debe haber cierto grado de dependencia.
¿Cuál es el paso esencial para superar una adicción?
Desgraciadamente, la parte mental de la enfermedad de una adicción se empieza a manifestar porque la persona minimiza, justifica o niega el problema. Por ello, el primer paso que se realiza es llevar a cabo una intervención. Se junta la familia, los amigos y le hablan de cómo su forma de consumir o su comportamiento les ha afectado. Se le pide que acepte la ayuda que ya han preparado. Es importante darle a entender que la adicción es una enfermedad, y como cualquier enfermedad tiene un tratamiento. Lo que hay que hacer es buscarlo. Se puede salir adelante.
Aunque es probable que diga que no, usualmente apelar a su corazón funciona. Y es que el adicto tiene dos características: primero, tiene la autoestima extremadamente pequeña, pero tiene un gran corazón. Por ello, cuando apelamos al corazón es que tenemos éxito. Si se apela a la autoestima no se logra mucho, porque el adicto piensa “es mi vida, es mi cuerpo”.
Luego, durante el tratamiento, el primer esfuerzo que hacemos es que la persona acepte que tiene un problema. Si no acepta que tiene un problema, no va a estar dispuesto a hacer nada para cambiar.
¿Cuál es el reto más grande al que se enfrenta una persona en recuperación?
El peligro más grande que tiene una persona en proceso de recuperación es la recaída con la sustancia o la recaída emocional. Por eso es tan importante comprender que la recuperación de una adicción es un tratamiento que dura toda la vida. Hay que darle mantenimiento y seguimiento.
¿Cuál es la satisfacción más grande de su trabajo?
Este trabajo es agotador y es frustrante. Uno ve morir gente y los ve recaer una y otra vez. La satisfacción más grande es cuando veo a una persona recuperarse. Cuando un paciente se recupera de la adicción le cambia la vida. Ver a alguien que se reconcilia con la familia o ver cuando se rescata un matrimonio… eso es mi pago a todo el trabajo.