La educación es una segunda existencia dada al hombre; es la vida moral, tan apreciable como la vida física.
La educación de la voluntad, la independencia y el dominio de sí mismo, son el don más valioso del aporte pedagógico. Educar significa fortificar, puesto que la instrucción es la base de la prosperidad de nuestra nación.
Emanuel Kant pensaba que “el hombre no es más que lo que la educación hace de él. Y es que la educación es la base de la prosperidad y felicidad de los pueblos, familias y de los individuos; la educación hace buenos padres, buenos hijos y buenos ciudadanos. El espíritu de la educación es el conocimiento, no de los hechos, sino de los valores. El hombre debe de educarse para el bien y la educación y las doctrinas que en ella se inspiran, constituyen la moral y la ética de la sociedad”.
Es un orgullo para México, que los alumnos honrosamente egresados de las diversas instituciones educativas de Nuevo Laredo, estén trabajando en la actualidad en varias de las más importantes empresas públicas y privadas de nuestra ciudad y otras de la República Mexicana, ocupando puestos de obreros, asistentes de producción, directores de Planta, supervisores, directores de Área, gerentes y otros de igual importancia; estudiantes que al obtener su título correspondiente, los hace merecedores de reconocimiento familiar, social y principalmente, personal, que los aleja de la tentación del supuesto “dinero fácil” que ofrece tentadoramente la criminalidad.
Steve Jobs conquistó mundialmente a muchos jóvenes al decir que “siempre tienes que confiar en algo, en tu instinto, en el destino, en la vida, en el karma, o en lo que sea, pero sin duda alguna todo sería mucho más fácil si tienes y aprovechas la oportunidad de estudiar y graduarte, si vives todos los días como te gustaría vivir el último, puesto que la muerte es el destino que todos compartimos pues nadie ha escapado de ella, y así tiene que ser, porque la muerte es posiblemente el mejor invento de la vida y su agente de cambio, puesto que retira lo viejo para hacer sitio a lo nuevo”. Jobs murió seis años después de decir estas palabras.
En 2008, J.K. Rowling, la escritora británica autora de la saga de novelas de Harry Potter, dirigió un discurso a los graduandos de la Universidad de Harvard, diciéndoles lo que significó para ella el fracaso por haber sido una madre soltera, sin dinero ni trabajo y que fue, precisamente en esos momentos de crisis personal y familiar, cuando escribió la historia del famoso joven mago llamado Harry Potter, que la volvió multimillonaria.
Bill Gates, fundador de Microsoft y uno de los hombres más ricos del mundo, fue otro de los grandes de la tecnología en el mundo que tampoco consiguió su título universitario en un principio. Ingresó a Harvard en 1973 y dos años después desertó y 33 años más tarde regresó para recibir su título universitario. Y ese día dijo a sus compañeros graduandos: “He estado esperando más de 30 años para decir esto…Papá, siempre te dije que volvería y obtendría mi título y aquí lo tienes… Ya cumplí”.
Gates también reconoció que en su época universitaria no tenía verdadera conciencia de las terribles desigualdades en el mundo e invitó a los graduandos a aportar algo a la sociedad con su trabajo y esfuerzo.
Hay que seguir el consejo de Larry Page, fundador de Google: “Busca un grupo de gente profesional que te rete e inspire; pasa mucho tiempo con ellos y cambiará tu vida y la de los que te rodean, pues nadie está aquí hoy, por haber hecho las cosas solo”.
Hay que educarse, hacer el esfuerzo para graduarse y servir a la comunidad. Feliz Año Nuevo. Hasta pronto.