C. Sager, en su libro “Contrato Matrimonial y Terapia de Pareja”, establece una tipología relacional de pareja, la cual desde sus observaciones, se ha visto afectada de manera sensible por múltiples cambios sociales en constante evolución en relación a los valores de cada uno de los integrantes de la diada marital: “todos llevamos de manera profunda, lo que nos han inculcado con respecto a la conducta, expectativas y roles determinados por el sexo”. Para él, todos somos hijos de nuestra época y dice: “luchamos por cambiar, pero es difícil lograrlo”.
Plantea sus observaciones obtenidas de su trabajo clínico y nos dice:
1.-La mayoría de los hombres y mujeres desean, buscan y necesitan mantener una relación amorosa íntima con otra persona.
2.-El amor, puede ser y es, una fuerza poderosa en la vida de los individuos de todas las edades, y no es deseado por aquellos que sufrieron daño a edad muy temprana, y por lo tanto nunca aprendieron a amar o se les dificulta el hacerlo, por lo tanto temen volver a hacerlo dado que fueron lastimados cuando amaron.
Muchos son los supuestos y creencias que se dan alrededor de la pareja marital, y señala:
“Para que dos personas lleguen a respetar sus respectivas individualidades, a admitir la necesidad de crear un ambiente apto para el crecimiento del compañero y el propio, manteniéndose como unidad marital y familiar rica en propósitos y objetivos comunes, requiere de actitudes sutiles difíciles de lograr y mantener, dado que cada uno de los integrantes de la díada adopta una manera característica de relacionarse con el otro”
Toda pareja en relación, integra un sistema interaccional e intersubjetivo en el cual se dan reglas, costumbres, prohibiciones, obligaciones y maneras de hacer o de no hacer las cosas, conductas que pueden ser coincidentes o no con las conductas, creencias, costumbres individuales. Desde este marco es de donde parte el autor para su clasificación de los perfiles maritales:
1.- Cónyuge igualitario:
Esta conducta, refleja en gran parte una de las características de la actualidad que favorece la individualidad, el conservar la propia persona dentro de una relación de coparticipación y la igualdad marital. Quién actúa como cónyuge igualitario, busca una relación basada en la igualdad de ambos esposos, la desee o no su compañero. Espero que ambos tengan los mismos derechos, privilegios y obligaciones, sin una doble norma cubierta o no. Espera que ambos sean personas completas, autónomas en sus trabajos y amistades, más sensibles a las necesidades del compañero y emocionalmente interdependiente con relación a él. Es lo nuevo, lo actual, la” nueva ola”.
2.-Cónyuge romántico:
Representa a la “vieja ola”, para él, el elemento amor es de suprema importancia. Se comporta como si quisiera y esperar a que su compañero sea su “bienamado del alma”, y que juntos formen una sola entidad; actúa como si fuera una persona incompleta que sólo puede adquirir plenitud con su pareja.
3.-Cónyuge Parental:
Es un cónyuge dominante, autoritario, es el maestro y trata a su pareja como si fuera un niño que requiere de guía y manejo. Apuntala su adultez como progenitor ante un esposo infantil y obediente. Es rígido lo cual le ayuda a sentirse adulto, competente, amable, y justo.
La elección de la pareja, es un acto inconsciente derivado de factores intrapsíquicos, psicosociales y biológicos. En la medida que se tenga claro el porqué de la elección, ayudará a la pareja a establecer una relación sana en la cual se maneje y acepte las diferencias individuales, en la medida que éstas no sean nocivas para el cónyuge.