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El panorama político-electoral ha llegado a una dinámica vertiginosa, en la cual se refracta la información hacia diversos escenarios, muchas veces con un factor de modificación añadido, conforme a los intereses de grupo o de partido. Así, por una parte, las encuestas profesionales confirman que Enrique Peña Nieto se mantiene a la cabeza de las preferencias electorales, pero no sólo eso: aun si los estudiantes universitarios lo rechazan, sigue siendo el candidato que recibe mayor apoyo juvenil y la segunda opción de voto para quienes prefieren a los otros dos aspirantes competitivos.
La danza de los números y de los porcentajes, aun en su expresión metodológicamente más seria y al margen de manipulaciones sectarias –como las que lastran de origen a las encuestas autoproclamadas independientes–, debe ser considerada en todo momento como una fotografía instantánea de una coyuntura temporal específica. Finalmente, la gran encuesta, la única que tendrá validez definitiva, será la del 1 de julio en las urnas.
No parecen haber ocasionados daños de consideración en la ventaja estadística del candidato del PRI, los ejercicios sesgados de quienes pretenden imponer otra percepción. Como señala el semanario británico The Economist: Peña Nieto puede perder algunos puntos o fracciones de punto, pero la cuenta regresiva hacia el día de la votación ha comenzado y el tiempo avanza de prisa, inexorablemente.

En las diversas pistas del circo mediático-propagandístico, hay novedades. Hoy, por ejemplo, tendrá lugar el debate organizado por el movimiento Yo Soy 132. Si bien me parece comprensible y sensata la decisión inicial sobre la ausencia de Peña Nieto, habida cuenta del carácter agresivamente hostil, de palabra y obra, en contra suya, quizá se hubiese podido negociar en pos de garantías confiables de respeto y civilidad.
Claro que para abonar la desconfianza del PRI, así como de observadores nacionales e internacionales, bastaría con ver y escuchar los videos recientemente difundidos de uno de los dirigentes y vocero de Yo Soy 132, Saúl Alvídrez, con el reconocimiento explícito de que el movimiento no solamente tiene un claro signo lopezobradorista, sino recibe asesoría y apoyos de toda índole, de gente cercana a Andrés Manuel López Obrador, como Marcelo Ebrard y Alejandro Encinas, para citar solamente a dos de los personajes más conocidos.
Peña Nieto ha mantenido una amplia ventaja sobre sus rivales, con menos de dos semanas para la elección. Un sondeo de Buendía & Laredo para El Universal, dado a conocer este lunes, lo ubica con 37% de las preferencias, una baja de 0.8 puntos porcentuales respecto a las cifras del 4 de julio; pero aun así, con 13.5 puntos de diferencia respecto a López Obrador. El apoyo para éste, disminuyó 0.4 puntos y se ubicó en 23.5%. Josefina Vázquez Mota cayó un punto porcentual, hasta 21.4%. Por otra parte, las cifras de la encuestadora BGC le dan 42% a Peña Nieto, por 29% para Vázquez Mota, que recuperaría la segunda posición; y 27% a López Obrador.
En términos generales, los candidatos no han encontrado los medios adecuados, los canales eficientes, para comunicar sus propuestas concretas a la ciudadanía. La materia sólida de las campañas, que la hay, se pierde en el anecdotario de las descalificaciones mutuas, de las aclaraciones repetidas ad nauseam, de la reiteración de algunos puntos generales que a fin de cuentas, poco dicen.
O, lo que es peor, caen hasta la sima de lo absurdo, de lo ignominioso incluso, como en el caso de Vázquez Mota y su apelación al cuchi cuchi: si el marido o la pareja no va a votar por ella, abstinencia forzosa durante un mes. No es un tema menor. Ya me había parecido que un llamado al uso del sexo como arma electoral, es denigrante, en primer lugar para las mujeres, a las que dice representar y defender la candidata del PAN.
Mi amiga Geraldina González de la Vega, doctora en derecho, aguda e inteligente observadora de la realidad política y social de México, enriquecida por la perspectiva con la que le da puntual seguimiento desde Alemania, donde vive actualmente, había resumido en un primer análisis indignado: entonces, si los hombres piensan con el pene, hay que poner a las mujeres a pensar con la vagina.
Ante el enésimo disparate de Vázquez Mota, quien propuso a otro auditorio femenino “doble cuchi cuchi” para quienes sí voten, otra observadora igualmente lúcida, mi esposa Marcela Grobet Vallarta, me dijo hoy, indignada, que las mujeres con más preparación y criterio, liberadas del atavismo machista, ciertamente no condicionarán el sexo fuera de su entorno natural; pero quienes podrían hacer caso a la candidata panista, serían quienes viven con parejas machistas, violentas, potencial y activamente golpeadoras; por lo que de seguir tal recomendación, se pondrían en serio riesgo.
Esa ausencia de difusión a los planteamientos importantes, se nota, por ejemplo, en el caso de Peña Nieto, quien ha hecho declaraciones importantes que pasan virtualmente inadvertidas. Por ejemplo, durante una entrevista que difundió Último Segundo, un portal informativo brasileño que pertenece al Grupo iG, el proveedor de servicios de internet más importante de América Latina, el candidato del PRI hizo una autocrítica partidaria y planteó una vertiente latinoamericana de política exterior, que contrasta con sus comentarios durante el segundo debate, con los cuales pareció centrarse en Estados Unidos y América del norte y olvidar el sur del continente.
Dijo: “En la década de 1990, el PRI cometió diversos abusos y prácticas que provocaron un desencanto generalizado en la sociedad mexicana. Pero al mismo tiempo y principalmente, promovió también un cambio democrático en el país. La libertad, la participación política y la expresión de la voluntad ciudadana, se manifestaron como nunca antes en el pasado…

“El PRI regresa ahora con otra generación, consciente de la realidad del México actual… Me propongo rescatar a 15 millones de personas de la pobreza; recuperar la paz y la libertad, mediante una estrategia nacional para reducir la violencia; garantizar la transparencia y la rendición de cuentas…”
Y sobre América Latina: “Brasil es un socio estratégico de México… Podemos coordinar acciones conjuntas en temas multilaterales, pues tenemos objetivos comunes como potencias emergentes. La influencia (de Brasil y México) en la región, puede garantizar resultados beneficiosos para ambos países y para América Latina”.
Así van las campañas.
Publicado en la Revista Gurú Político (http://www.gurupolitico.com)  y reproducido con la autorización de su Director.

Periodista y escritor. Licenciado en Ciencias y Técnicas de la Comunicación por la Universidad del Valle de Atemajac, en Guadalajara, Jal. Ha sido reportero, jefe de sección, jefe de información, jefe de redacción, subdirector y director de diarios y revistas, así como colaborador y conductor de programas en radio y televisión, guionista, productor y director de videodocumentales. Enviado especial y corresponsal de guerra en más de 30 países. Editorialista de Excélsior. Presidente del Círculo Latinoamericanos de Estudios Internacionales (CLAEI). Más información: http://claei.org.mx