SIN MAQUILLAJE Por Etelberto Cruz Loeza.

Reforzada la estrategia de uso de la fuerza del Estado contra las bandas del crimen organizado, el presidente de la República inició la semana pasada nueva estrategia de comunicación social contra la inseguridad pública.

Por primera vez en lo que va de la administración Federal de Luis Felipe Calderón Hinojosa, la presidencia de la República se dio cuenta que la percepción social es también parte de la políticas públicas contra el crimen, en la lucha contra las bandas del crimen organizado. El campanazo de advertencia fue la portada de la revista PROCESO de hace unas semanas, cuando el director general Julio Scherer apareció como el promotor del perfil social  de Ismael, el Mayo, Zambada, uno de los narcos más buscados. De hecho ese número de esa revista fue una narco-promoción, una narco manta de varios metros, toneladas de tinta y cientos de  bobinas de tela.

Está como antecedente que todos los medios de comunicación, salvo dos o pocas más excepciones bien pagadas, se convirtieron en severos y acres críticos de la estrategia de seguridad pública, en contadores de ajusticiados y muertos y secuestrados y en practicantes de una línea electoral que objetivamente servía a los intereses de los capos. A lo largo de esos tres  años y medio el gobierno Federal desdeñó el papel de la comunicación social en la construcción de consensos. Ahora el presidente Calderón publica  un largo desplegado para explicar su postura; apareció en la televisión para  solicitar y convocar apoyo social y anunció campaña internacional de relaciones públicas.

El interés del gobierno de Calderón por la comunicación social e el tema del narcotráfico llegó un poco tarde, pero, finalmente, arribó  como prioridad.

Ahora falta depurar la forma para hacer llegar a la sociedad el fondo del asunto y tener el cómo hacer llegar  a la sociedad la conversión de la crítica en apoyo social, público, pues los medios de comunicación como intermediarios y testigos de cargo y asistencia, fueron excluidos desde el inicio de las administraciones panistas y se convirtieron en testigos  y críticos de las acciones llamadas políticas públicas y operativos  del gobierno.

Ahora trata de construir un nuevo consenso social contra el narcotráfico, contra la delincuencia organizada, contra las bandas de delincuentes y por la seguridad pública y para lograrlo necesitará  de mucho esfuerzo suyo, pero también  de los Medios para que estos sean vehículos  presentadores de los objetivos de la estrategia gubernamental contra la  inseguridad pública.

 El problema  de la política de comunicación social contra la inseguridad pública radica en la inexistencia  de los mecanismos autoritarios del cercano pasado y como no se tienen se requiere de bastantes enfoques  de comunicación social, de relaciones públicas, de publicidad y propaganda, de dinero, pues y la pregunta sería … ¿El gobierno está dispuesto a pagar los costos financieros y si está dispuesto, tendrá la autorización del H. Congreso de la Unión o serán gastos encubiertos en otras asignaciones presupuestarias?

 Queda muy poco tiempo para saberlo.