SIN MAQUILLAJE Por Etelberto Cruz Loeza.

Desde la fiebre hipotecaria, desde el bum en la construcción y adquisición de casa, nuevas y/o recuperadas – hace unos quince años -, determinados por el desplome de restricciones- regulaciones para que casi todos los grupos de trabajadores – del sector privado y público, así como de las entidades autónomas, descentralizadas y/o paraestatales – estuvieran en condiciones para comprar su casa – le dicen digna – y se pagara hasta los 20 años y/o con la aceptación de un descuento de hasta un 30% de sus ingresos,  ante un mercado tan enorme y potencialmente en ascenso, las grandes compañías constructoras han hecho cuantiosos negocios en este sector: entregan casas que durarán no más de 10 años, sin materiales de construcción de consistencia que seguramente no usaron los materiales propuestos o especificados en los planos de construcción autorizados y entregan casas muy diferentes a las casas-muestra y los adquirientes las reciben, junto a las ilusiones medio satisfechas con exceso de vicios de construcción y hasta la fecha, a pesar de las repetidas quejas no ha habido nadie ni nada que los defienda. Incluso se llegó a hablar de un Ombudsman Hipotecario, pero en concreto, nada, como siempre.

 Según estimaciones de la PROFECO – Procuraduría Federal de Protección al Consumidor, bien calificada como la Carabina de Ambrosio -, por el incumplimiento en la entrega a tiempo de las unidades, por los vicios ocultos y acabados de mala calidad, así como por los contratos de compra-venta leoninos, la industria de la construcción de viviendas ocupa el segundo lugar dentro de la lista de sectores de la administración privada y pública por el volumen de quejas reportadas ante la PROFECO.

 En lo que va del año, casi su primer semestre, este sector ha registrado un mil 972 quejas interpuestas ´por consumidores–adquirientes contra las constructoras y las multas interpuestas a desarrolladoras de vivienda – ya no son constructoras, porque ellas también las venden, son un cartel, en sí – alcanzan la cifra de107 millones de pesos, lo que representa el 46% del total de multas impuestas por la PROFECO.

 Ante el volumen de quejas, la PROFECO llegó a un acuerdo con el INFONAVIT en el cual, una de sus principales cláusulas es que el organismo deberá exigir a los constructores- desarrolladores de vivienda  – que inscriben su oferta en el Registro Único de vivienda –TENGAN U CONTRATO DE ADHESIÓN, REVISADO Y AUTORIZADO POR LA PROFECO. En el Diario oficial de la Federación se ha publicado un formato de contrato de adhesión, y al mismo tiempo se está trabajando con la CANADEVI un documento similar.

 Según la PROFECO, este modelo de contrato de adhesión garantizan la inclusión de cláusulas de protección al consumidor a lo largo del proceso de adquisición y entrega de vivienda, así como un contrato de gestión e investigación de crédito que aplicará para la regulación y establecimiento de las tareas que deben realizar los asesores certificados y  registrados en el sistema INFONAVIT

Hasta el momento SOLO 53 CONSTRUCTORES TIENE INSCRITO UN CONBTRATO DE ADHESIÓN EN LA PROFECO, DE UN MIL 159 COMPAÑÍA REGISTRADAS: SOLO UN 5%. EL  INFONAVIT indicó que TODAS las constructoras- desarrolladoras de vivienda TENDRÁN UN PLAZO IMPRORROGABLE DE 90 DÍAS PARA REGISTRAR SU CIOBNTRATO DE ADHESIÓN, DE LO CONTRARIO NO PODRÁN SEGUIR COMERCIAILIZANDO SUS VIVIENDAS A TRAVÉS DEL INSTITUTO.

 El único comentario es que es deseable que sea cierto, pues se habían tardado y aun habrá que esperar que sea cierto.