Por considerarlo un contenido interesante, valioso, transcribo colaboración de Federico Arriola, publicada en EL FINANCIERO, el 26 del pasado mayo.
Todos los gobernados en México tenemos derecho de petición (artÃculo ocho constitucional). Pero es un derecho ejercido muchas veces que no se materializa cuando las autoridades no responden, cuestión que es frecuente.
Tengo la convicción de que pocas veces las autoridades realmente escuchan, no obstante que es su deber.
Es más probable que me escuchen los lectores. Aun asà manifiesto por escrito y de manera respetuosa 11 peticiones al Estado Mexicano.
1) El Instituto Federal electoral y todos los partidos deben recibir menos presupuesto y hacer de la democracia una práctica mucho más austera y más inteligente.
2) Todas las autoridades deben ser transparentes en el gasto público.
3) Debe haber mayor exigencia y sanciones para los legisladores federales y locales faltistas. No es consistente hablar de un Estado Laico y aprovechar dÃas festivos cristianos para abandonar sus responsabilidades en pleno periodo ordinario de sesiones. Disminuir el tamaño del Congreso federal: de 500, a 300 diputados y de 128 a 64 senadores. No requerimos más representantes en el Poder Legislativo.
4) Los gobernadores de los estados deben informar el destino de cada centavo recibido por la Federación y prohibir el endeudamiento.
5) Acabar con la impunidad, realidad innegable que aniquila el Estado de Derecho y la esperanza de gobernabilidad democrática.
6) Que los jueces locales puedan interpretar el texto constitucional federal como lo manda y precisa el artÃculo 133 de la Ley Fundamental Mexicana.
7) El Ejecutivo federal también debe ser considerado como sujeto de juicio polÃtico, y por tanto debe ser reformado el artÃculo110 constitucional. Las fallas de los titulares del Ejecutivo Federal en los últimos 50 años son reiteradas y jamás juzgadas.
8) Es necesario acabar con los fueros constitucionales. El caso Godoy es una muestra más de que debe volverse republicano nuestro sistema jurÃdico y polÃtico. ¿Dónde queda, entonces, la igualdad? Nadie más con fuero, absolutamente nadie.
9) Terminar con los monopolios y actos monopólicos porque han hecho más salvaje el capitalismo mexicano y porque no se pronuncien más las desigualdades entre la población.
10) Es importante que los próximos candidatos presidenciales sean sometidos a exámenes psiquiátricos. No es necesario adicionar el artÃculo 82 constitucional.
11) Los mexicanos, todos, tengamos civismo: respetar leyes y reglamentos, cumplir con todos los deberes cÃvicos y de buen gobierno.
Esto parece una utopÃa. En realidad lo es. Es una respuesta al caos que vivimos hoy en dÃa. SerÃa necesario que las autoridades más encumbradas salgan a la realidad sin guardaespaldas ni asistentes para ver la realidad. SerÃa necesario rehacer el paÃs: tenemos cultura, pero no cultura de la legalidad; somos un paÃs hospitalario, pero azotado por la violencia y la corrupción. Somos una contradicción en nosotros mismos.
Releo El Laberinto de la Soledad, de Octavio Paz, para entender nuestros enredos que no nos permiten salir de la trampa.
Adiós a las máscaras – que tanto nos gustan, según Paz – y a los tapados, hoy semitapados, exijo transparencia total. Sin ella no es posible la democracia. Don Octavio: Ojalá impere el silencio como usted predijo y no el ruido de las ametralladoras importadas accionadas por pobres diablos que creen ser “alguien†por matar a otros.