Durante los años noventa se produjo el primer estallido de wrestling femenino de la mano de pioneras de la disciplina que allanaron el terreno para que nombres como Lita, Trish Stratus o Mickie James triunfaran en los años venideros. Sus primeras internadas en la industria de la lucha libre vinieron influenciadas por un fuerte carácter sexista que les valió el ingreso al ring. Y allí, sobre la lona, vieron el escaparate para lucirse. Una de ellas fue Tammy Sytch, que ahora salta al primer plano mediático tras darse a conocer su condena por un accidente de tráfico que se saldó con la vida de un hombre de 75 años.

En realidad, la leyenda de la WWE lleva en prisión desde mayo de 2022 bajo una acusación por conducir ebria y causar el siniestro en el que murió Julian Lasseter. Tal y como ha dado a conocer TMZ, a Sytch le imputaron ocho cargos, entre ellos el de conducir con el carnet suspendido. Era la sexta vez que terminaba arrestada por ponerse al volante bajo los efectos del alcohol.

La exluchadora ha ido admitiendo a cuentagotas todos los cargos. En un primer momento se declaró inocente de todos, meses después aceptó un acuerdo de condena sin confesar su culpabilidad y, finalmente, esta mismo lunes ha terminado por derrumbarse tras hacerse oficial la condena del tribunal de un condado de Volusia a 17 años de cárcel y ocho de libertad condicional por el homicidio.