Hace ya muchos años, en 1963 para ser más precisos, se creó en México la Comisión Nacional de los Salarios MÃnimos y 111 Comisiones Regionales, que buscaron, en la época en que aún el crecimiento económico del paÃs era vigoroso, un sano equilibrio entre los factores de la producción, capital y trabajo, a fin de que el primero siguiera invirtiendo y los segundos obtuvieran por sus servicios lo necesario para una vida digna.
Los vaivenes de la polÃtica, los errores en la conducción económica y los problemas que, en gran parte por culpa de malos funcionarios y ciudadanos apáticos, fueron convirtiendo los avances en todos los frentes, en estancamiento en muchos y, lo más grave, en verdadero retroceso en la mayorÃa de las situaciones que inciden en la vida pública y por consecuencia, en la forma de vida de las familias.
Hoy, muchos años después, la Comisión Nacional de los Salarios MÃnimos, ya modificada y con cientos de grandes y caros funcionarios, ha determinado que lo correcto a incrementar en el salario sea de un 4.2% para el año 2012.
Si vamos a la mesa de la mayorÃa de los mexicanos, podremos ver sin gastar mucho, que el incremento salarial no sólo es insuficiente si no que, parece burla. Es una ofensa a los trabajadores ver que sus salarios se incrementan, en términos reales, $2.63, más que una ofensa, es una provocación por lo miserable del incremento.
Sin embargo, pareciera que tanto patrones como trabajadores están conformes con el incremento salarial. Los desplegados que anuncian la buena voluntad de las partes, las páginas llenas de elogios mutuos entre algunos lÃderes sindicales con algunos patrones, harÃan creer a más de uno que en México, existe conformidad y hasta gusto por la forma en que se están manejando las cosas.
La realidad es que bajo esa máscara pagada de complacencia y complicidad, existe un rencor de años que se viene acumulando y que amenaza explotar en cualquier momento. Â
Al patrón le conviene que el empleado tenga dinero, pues sólo asà podrá adquirir los productos que se ofrecen en el mercado. Es decir, por conveniencia propia, los dueños del capital deberÃan buscar la forma de elevar el nivel salarial para desfogar el descontento popular y crear un verdadero clima de armonÃa entre las partes.
Al gobierno, que preside la Comisión, deberÃa de interesarle más lo que se hace en el paÃs, con los obreros, que tratar de importar fórmulas ajenas a nuestra forma de pensar y sentir. Al gobierno deberÃa importarle más lo que vive el obrero que lo que quiere el patrón.
El gobierno deberÃa ser garante de una polÃtica salarial que realmente permita un salario decente, un pago que retribuya el desgaste fÃsico y, por supuesto, una seguridad social que aún no existe y que debe ser garantÃa constitucional, no sólo polÃtica de aparador que a nada bueno conduce.
Vamos entre todos, a buscar la forma de cambiar al paÃs, de expulsar del gobierno a quien sólo busca su propio beneficio y a crear un nuevo mando, en el que los ciudadanos tengamos mayor presencia, para poder tener lo que realmente necesitamos. Esa es la tarea ahora.
Me gustarÃa conocer su opinión. Vale la pena.
Publicado en la Revista Gurú PolÃtico (http://www.gurupolitico.com) y reproducido con la autorización de su Director.