El aprecio que tengo por eso que se autonombra “izquierda” en México puedo escribirlo en un sello de correos y me sobra espacio, y para esa cosa que pretende ser “izquierda” en Michoacán, un confeti me basta. Aclaro, este sentimiento no es gratuito ni llegó caído del cielo, sencillamente es producto de años de observar, investigar, escuchar, estudiar, examinar, leer y analizar a esos personajes que pase lo que pase, suceda lo que suceda, siguen siendo incapaces de comprender lo que acontece en nuestro país y en el mundo.

Cierto es que no se puede ser muy exigente con estos “izquierdistas”, y menos con los que militan en la 4T, pues una gran parte de ellos tienen un nivel cultural y educativo digamos que mediocre, y otros, por las circunstancias que influyeron en su formación y determinaron su personalidad, viven aferrados a los dogmas , fobias y filias que marcaron su juventud, por cierto, dogmas que fueron transmitidos por otros tan ignorantes y mediocres como ellos mismos. Estas personas sencillamente no son capaces de quitarse las anteojeras ideológicas que les impiden ver la realidad, o tal vez no desean ver la realidad.

A esta “izquierda” los acontecimientos mundiales no les ha enseñado nada. Para ellos el fracaso de la URSS se debió no a su ineficiencia, corrupción y enormes contradicciones, sino a una mala aplicación de las bondades de la doctrina marxista-leninista. La pobreza de los países de Europa oriental no existió, la vida en la Alemania del Este, la irónicamente llamada Alemania “democrática”, era realmente buena. Para ellos Cuba es el “primer territorio libre de América”, y no lo que verdaderamente es, un enorme y barato burdel. Hablan del “criminal bloqueo norteamericano” y ni idea tienen de lo que realmente es. Venezuela, bajo la bota de Hugo Chávez y ahora de Nicolás Maduro es “revolucionaria” y sus expropiaciones y censura son necesarios actos de reivindicación nacional.

Para esta “izquierda” la solución radica en seguir las recetas del estatismo, el proteccionismo y el nacionalismo en su más primitiva expresión. El Estado como un Ente benefactor, protector y proveedor de empleos. Nada de esforzase, trabajar duro, superarse y competir. No, para nada, el Estado debe proveer, el Estado debe proporcionar, el Estado debe darnos todo.

Para esta izquierda, que se “ilustra” en La Jornada, en los folletitos de Rius, en los monos de unos mediocres y resentidos moneros, en la lectura de rebasados manuales y en la prédica de algunos ayatolas incrustados en diversas instituciones, para esta izquierda, insisto, las causas de que estemos en los últimos lugares en educación, las razones de nuestro atraso, de nuestra baja industrialización y nuestra pobreza se encuentran en la “derecha”, en el imperialismo norteamericano, la iniciativa privada, en las voraces transnacionales, el Opus Dei, el PRI, el PAN, la CIA; aunque últimamente el receptor de todas las culpas es “La mafia del poder” , esa entelequia que enarbola el Mesías y que sin mediar razonamiento alguno todos sus files devotos le creen. Curiosamente, ninguna culpa tiene Trump, con el solo hay “Amor y paz”

Nada es más difícil que ejercer la autocrítica, Aceptar que estamos mal, entre otras razones, por los muchos errores de nosotros en verdaderamente difícil. Para esta izquierda de nopal la ancestral corrupción e ineficiencia de nuestra burocracia no son responsables de nada. La incompetencia de ese magisterio que vive en un paro cuasieterno y que se niega a ser evaluado para no exhibir su ignorancia no es culpable de nada, la pésima calidad de nuestros egresados universitarios no nos hace meditar nada, los sindicatos que solo sirven para cobrar cuotas, exigir derecho de pernada en admisión, escalafón y cambios, además de proteger holgazanes, no son culpables de nada. La mediocridad de nuestras universidades no nos preocupa. El severo problema de alcoholismo en las zonas indígenas no traduce ningún daño. El incompetente maestro que no se prepara, el agente que pide mordida, el político que miente, el ignorante y cerril legislador que ni se entera de lo que vota, el obrero que amanece ebrio cada lunes, los incontables aviadores que viven del erario; esos no tienen la culpa. La culpa la tienen otros, pero nosotros… jamas.

Si Ud. amable lector, esta en desacuerdo con lo anterior, no hay problema, dedíquese a leer a los nuevos voceros del sistema, contratados a tiempo completo a defender y alabar al Presidente López y descalificar a todos aquellos que se atrevan a cuestionarlo. En la óptica de estos especímenes solo caben alabanzas para esta 4T .

Mal asunto.

Alejandro Vázquez Cárdenas