Recientemente, en el seno de lo que queda del Partido de la Involución Democrática, conocido comúnmente como PRD, el fin de la semana anterior tuvo que suspender su asamblea general que tenía por objetivo prácticamene el resucitar al Instituto Político que fundara un grupo de mexicanos que tenían como guías principales a dos importantes y conocidos personajes: el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo, mismo que ahora marca la ruta del Congreso Nacional.
La iniciada asamblea del decadente PRD, tuvo que ser suspendida por la bronca interna protagonizada por las diferentes tribus de los diferentes chuchos, que fueron y son los actores principales de la descomposición de este instituto político que terminarán dándole el réquiem cantin pace.
Perdida la brújula está al borde del colapso y sin miras de una renovación. Desde la Izquierda de los izquierdosos, perdieron éstos la brújula la ruta su fundación, por otra que los está conduciendo a su desaparición.
Como lo indican muchos comentarios públicos aparecidos recientemente en las “redes sociales”, al PRD, no se necesitaba dividirlo, pues los propios navegantes tendrán la capacidad de hundirse junto con el navío conducido en aguas enardecidas.
La degeneración de este partido o la pudrición de sus dirigentes comenzó con el tratado que hicieran al principio del sexenio del hombre que triste y ridículamente está al límite de su nefasto mandato.
Su alineación con el Partido de Acción Nacional no le trajo ningún beneficio y por lo contrario, su ceguera y ambición desmedida, lo tiene ahora al borde del abismo; sólo le falta un pequeño empujoncito para llegar a su destrucción total y seguro que serán sus propios líderes quienes lo impulsen.
En las elecciones presidenciales pasadas, los desdibujados partidos citados, ,consideraban supongo, que sumar los votos de la derecha con los de la izquierda los llevaría por un camino recto y pavimentado, pero no fue así; los verdaderos militantes de derecha y de izquierda, se vieron burlados por esta mezcla que no fue ni de izquierda ni de derecha y simplemente satisfacía a los dirigentes de esos opuestos partidos.
Otro partidito que colaboró con los ya mencionados lo fue el llamado Movimiento Ciudadano, que contrario a su nombre se mantuvo estático y con pérdidas de votos. Este tipo de actitudes no fácilmente convencen a la sociedad en lo general, antes bien, esos desvaríos políticos, provocaron a los militantes a emitir un voto de castigo y por lo mismo, el triunfo de Andrés Manuel fue absoluto.
Pocos días faltan para que el candidato electo a la presidencia jure solemnemente como Presidente Constitucional de la República Mexicana o de los Estados Unidos Mexicanos.
Como particular información, cabe señalar que los términos de Estados Unidos Mexicanos y el de República Mexicana, han sido utilizados en forma usual y, particularmente, me emociona más el segundo nombre, pues es muy significativo y más identificados para todos los mexicanos. Mexi, es el nombre en Náhuatl, con el que se denominaba a la Luna, mientras que al corazón del Maguey se le conocía como Co; es decir, donde se encuentra Mexi, el tunal divino[1].
Curiosamente, el Padre de la Patria, denominaba al país como “este reino”, mientras Don José María Morelos le llamaba la América Mexicana. El término “mexicano” se le aplicaba a los que vivían solamente en la ciudad de México, en Tenochtitlán, corazón de la Tierra.
[1] El origen de los Estados. Wikipedia