La cuestión financiera en Europa sigue y no para: soberanamente se inició en Grecia, se extendió a Portugal, Irlanda, Italia, España y está por comenzar en Francia y continuará con Alemania, aunque usted no lo acepte-crea.
Y curiosamente todo se debe as la pura especulación, al afán de inversionistas internacionales que desean ganar más y superar sus ganancias de ayer.
En todos esos países mencionados arriba, la situación financiera hizo crisis económica que para su solución recibió ayuda de organismos financieros internacionales – Banco Mundial Fondo Monetario y Banco Central Europeo -, estas situaciones generaron rechazo social, crisis política que rompió el equilibrio entre las fuerzas políticas, derrumbando el gobierno establecido, reconstruyendo otro y otro, como en los casos de Grecia, Portugal, Italia y, un cuanto recientemente, España. Ahora la crisis ya se anunció en Francia donde su deuda soberana, a corto plazo, es impagable.
Pero en donde realmente se está manifestando con toda su fuerza es en Grecia, nación en la ayer domingo se realizaron elecciones para tratar de restructurar un nuevo gobierno de coalición entre las minorías.
La crisis de la deuda soberana en Grecia y la recesión, ya en su cuarto año, generaron la catástrofe política, social y económica cuyo impacto puede destruir la Unión Europea y, sino encuentra solución política y se rechazan las medidas de austeridad económica propuestas por las tres instituciones financieras multilaterales, llevarían a la llamada Zona Euro a su balcanización, la separación.
Después de varios rescates multimillonarios de Grecia por parte de los bancos multilaterales, Grecia no muestra entrar en el camino de la solución y es muy posible que la coalición triunfante en las elecciones de ayer rechace las medidas de austeridad recomendadas, por lo tanto no habrá un marco de posibilidades para que se le tienda la mano financieramente, otra vez y se salve y entre en el default, en el no pago, con lo que la situación financiera sería sumamente delicada, pero si esa es la decisión de la mayoría soberana del país helénico, ellos – la mayoría griega, su sociedad, sabrán cómo enfrentar la situación y encontrar soluciones.
Lo cierto es la crisis financiera está imparable y ya se manifestó en cinco países de economía aparente fuerte, más si toca tierra en Francia, uno de los dos socios fundadores – el otro es Alemania – el Euro hará explosión y no habrá nada que la salve.
Por lo pronto debemos esperar cuál fue el comportamiento del electorado griego y que decidió sobre las reformas constitucionales y si aceptó, o rechazó, las medidas de austeridad propuestas por los organismos financieros multilaterales.
El catarrito se convirtió en epidemia imparable, y todo por la especulación.