El actual presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump, se acerca cada día más y más al famoso, no deseado y temido, impeachment – Juicio Político -.

Desde antes de tomar posesión de su cargo, en la Oficina Oval de la Casa Blanca, se rumoreaba de la “conexión rusa” y que ésta había intervenido en las elecciones del 8 de noviembre del 2016 para elegir presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.

Con el correr de los días y pasada la Luna de Miel – los llamados Cien Días Napoleónicos – y ya a los seis meses de su administración se empieza a conocer la hondura, la amplitud y fortaleza de la llamada conexión rusa, en la cual, hasta el momento, hasta su hijo, Donald Jr. Está involucrado.

Algunos puntos del iceberg que están rompiendo la línea de flotación de la administración y de la personalidad de Donald Trump, son los correos de su comité de campaña con funcionarios del gobierno ruso, sus indiscreciones sobre la ahora conocida como falsa conexión entre Hillary Clinton con rusos, el despido del ahora ex director del FBI, su petición hacia el ahora ex director de que no investigara la relación rusa de su Asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, lo que a juicio de la Comisión de Inteligencia del Senado, particularmente de su presidente Brad Sherman puede ser considerado como “obstrucción de la justicia” y que Trump estaba ansioso de recibir apoyo de Rusia y que Donald Trump se ha “involucrado en cualquier tipo de conducta poco presidencial”.

Para muchos analistas, comentaristas e historiadores norteamericanos es evidente la relación del comité de campaña de Trump con el gobierno ruso.

A los puntos anteriores se suma la declaración de su hijo, Donald Trump, Jr, en la que admite que buscó ayuda del gobierno de Rusia y que se reunió con un empresario ruso y posteriormente con la bogada Natalia Veselnistkaya para definir detalles.

Esta declaración – pese a la buena intención posterior de su padre de sostener su perfil moral, y definirlo como como buen hijo y que aplaude su transparencia y que, además, desconocía su relación con los rusos – agrava su condición de sujeto de la justicia.

Su hijo será citado al Senado para declarar ante la comisión de Inteligencia del Senado.

Se desconoce el efecto inicial, pero el posterior sí se conoce: va empeorando y las apuestas en relación con la NO permanencia en la Oficina Oval de la Casa Blanca, de Donaldo Trump, aumentan y se fortalecen, sobre todo si se toma en cuenta la actuación internacional de su presidente en las recientes fechas: en las reuniones del G20 y en Francia.