LO QUE LA GENTE PIDE ES QUE HAYA HONESTIDAD EN EL GOBIERNO Y QUE SE HAGAN LAS COSAS BIEN. PIENSO QUE SE DEBE GOBERNAR, NO MANDAR. DR. SALVADOR NAVA.

LA SOCIEDAD QUIERE CAMBIOS, PERO NO DESORDEN, QUIERE CAMBIO SIN RUPTURA, QUIERE Y NECESITA QUE SE FORTALEZCAN LAS POSICIONES DEL CENTRO DEMOCRÁTICO. EL CORAZÓN DEL SISTEMA POLÍTICO MEXICANO ES EL CONTROL QUE TIENE LA PRESIDENCIA, SOBRE EL PRI,  Y LA FUERZA QUE EL PRI LE DA A LA PRESIDENCIA. MANUEL CAMACHO SOLÍS. CAMBIO SIN RUPTURAS. ALIANZA EDITORIAL 1994.

En mi colaboración anterior afirmé lo siguiente: el  pasado lunes 13 y martes 14 del pasado febrero, por MILENIO televisión, en el tiempo de Asalto a la Razón, de Carlos Marín, se entrevistó a Diego Valadés, director de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, constitucionalista y presenté mis juicios sobre algunas de sus afirmaciones y ahora los complemento.

En entrevista con MILENIO, y que este diario publica en su edición del 2 de febrero afirma: a un siglo de la promulgación de la Constitución las condiciones de México son muy distintas: el analfabetismo es reducido, ya hay partidos, y clase política, existe una ciudadanía y procesos participativos. Lo que sigue es acceder a una nueva etapa de nuestras instituciones: la parlamentarización de nuestro sistema presidencial. Mientras sigamos teniendo un sistema presidencial absolutista seguiremos teniendo resultados disfuncionales, como los que ahora vivimos en el país.

Si Diego Valadés  se refiere  a las circunstancias político-sociales actuales se equivoca al afirmar que el poder Legislativo es débil. En la teoría y en la práctica los 3 poderes republicanos son fuertes, igual de poderosos, son poderes nones y los 3 deben y sirven de contrapeso recíprocamente. No hay, no debe haber 1 más fuerte que otro. En la práctica que se viva  lo que ahora se ve es producto de la habilidad, capacidad, destreza, conocimiento y experiencia del titular del Ejecutivo: supo negociar con las cúpulas partidistas representados en el H. Congreso de la Unión. Lo que hay es habilidad negociadora, no debilidad del Legislativo, ni superioridad, del Ejecutivo. Es un ejemplo del juego político, del círculo del poder Republicano.

Cito 2 ejemplos: en 1988,  en la disputa por la titularidad del poder Ejecutivo entre Carlos Salinas de Gortari y el Frente Democrático Nacional candidateando a Cuauhtémoc Cárdenas, el PRI perdió la mayoría natural en la H Congreso de la Unión y ÉSTE FUE SUPERIOR cualitativamente al Ejecutivo. Que los partidos triunfantes, minorías, no hayan utilizado esa superioridad para construir una mayoría natural, aplastante y transformar el sistema político y se hubieran perdido en balconeadas y exhibicionismos, es otra cosa. Y el sistema Republicano y Federal sobrevivió. Con Ernesto Zedillo, pendularmente, se equilibraron los esquemas y se mostró la fortaleza de nuestras instituciones Republicanas.

Ahora, en los Estados Unidos, con la elección de Donald Trump, por los gazapos que en política interna e internacional ha mostrado con las consiguientes correcciones tanto del su H. Congreso y de su Suprema Corte de Justicia, no indica que el poder Ejecutivo esté débil, sino que los otros 2 poderes le sirven de contrapeso y equilibran los esquemas y sus 3 poderes Republicanos están fuertes, sanos y en pleno ejercicio.

Para mí, las instituciones Republicanas mexicanas están fuertes, sanas y en operación; lo que está enfermo es el sistema de partidos políticos. Es evidente que existe un incumplimiento de la función de representación social de los partidos políticos y se ha caído en los excesos: ya no representan a los ciudadanos, a las clases sociales, a los gremios y se nota un distanciamiento, alejamiento y  enorme separación. Hay un amplio y profundo abismo  entre partidos y sociedad. Y la culpa y responsabilidad, mayoritariamente, hablando, es de los partidos políticos.

Manuel Camacho Solís (+), en Cambio sin Ruptura, escribe: hay que saber qué es lo que está de por medio. Precisar con exactitud, cuál es la dirección del cambio que se desea realizar. Definir el proceso que puede llevar a él. Generar la nueva estabilidad conforme el cambio democrático se afiance.

                La agenda política que ha venido planteando la opinión pública del país se puede resumir en los siguientes puntos: separación del PRI del gobierno, y fin del partido de Estado; mayor división de poderes; federalismo fortalecido y vida municipal más vigorosa; concluir los cambios electorales para lograr la equidad en el financiamiento a los partidos y el acceso a los medios, así como la plena autonomía del IFE.

                El cambio que mayores consecuencias tendrá para la vida política del país es el que toca al régimen de partidos. SIN ESTE CAMBIO NO PODRÁ DARSE UN MAYOR EQUILIBRIO ENTRE PODERES, ni federalismo, ni el cambio en las relaciones con los medios, ni controles al financiamiento y acceso a los medios durante las campañas. EL CAMBIO DE RÉGIMEN DE PARTIDOS ES, EN TÉRMINOS PRÁCTICOS, EL CAMBIO DEL SISTEMA POLÍTICO.

(Este libro se editó y comercializó en el 2000. En estos poco más de 16 años se dio la alternancia político-partidista – no la transición política -, se puso fin, por un lado, aunque con la llegada del PAN, se reinstaló, el partido gobierno y partido del Estado, por otro -; mayor división de poderes, federalismo fortalecido, vida municipal más vigorosa y se dieron más y mejores cambios en la legislación electoral y se está perfeccionando la equidad en el financiamiento a los partidos y el acceso a los medios y el ahora INE es ahora más autónomo. ¿Qué ha fallado? Los partidos políticos no han evolucionado, no han cambiado, no han seguido la dinámica de la sociedad ni de los tiempos y que quienes han llegado a los gobiernos estatales y  municipales no han sabido ser congruentes con las circunstancias ni coyunturales ni estructurales y se perdieron en frivolidades.)

Otras ideas de Manuel Camacho Solís: mientras  el sistema político mexicano no ofrezca competencia política plena, los riesgos de inestabilidad seguirán presentes y continuará el debilitamiento de las responsabilidades públicas – aun con los esfuerzos y el profesionalismo de las dependencia de la Contraloría – tiende a facilitar complicidades y no otorga recursos suficientes a los ciudadanos, a la opinión pública y al Legislativo, para sancionar el ejercicio del gobierno.  EL CAMBIO POSIBLE Y VERDADERO ES QUE SE ABRAN LAS PUERTAS PARA QUE LOS CIUDADANOS ELIJAN A SUS REPRESENTANTES ENTRE OPCIONES REALES, SIN QUE ELLO COMPROMETA LA ESTABILIDAD POLÍTICA.  EL FORTALECIMIENTO CÍVICO DE LA SOCIEDAD ES EL RECURSO DECISIVO PARA CONSOLIDAR LA APERTURA DEL SISTEMA ELECTORAL Y HACER POSIBLES LOS CAMBIOS DEMOCRÁTICOS. CUANDO ESA SOCIEDAD SE MUEVE HACIA EL CENTRO SE DEBILITAN LAS RESISTENCIAS Y SE FACILITA EL CAMBIO. 

Lo que propone, por ampliación, es un cambio de formato político: un sistema político parlamentario, en el cual el modelo republicano  en funciones, cambiaría por un presidente y un Primer Ministro, tal cual en España y los partidos políticos representados en las H. Cámaras =poder Legislativo tendrían más poder que el Ejecutivo.

Por historia, usos, costumbres y tradición no es, ni sería recomendable. Somos una nación y un Estado con raigambre republicano y Federal  y concederles MÁS PODER a los partidos no es la solución democrática para la circunstancia actual.

La solución es DISPUTARLES=COMPETIRLES  el poder que tienen con las candidaturas independientes, especial y específicamente en regidurías municipales, en los H. Congresos locales y de la Unión: diputados federales y senadores. SÍ  LOS PARTIDOS POLÍTICOS PIERDEN EL MONOPOLIO DEL ACCESO AL PODER, EL CAMBIO TENDRÍA RUMBO, MAYOR DEMOCRACIA Y  ESTABILIDAD.