Recordando la legendaria expresión de José López Portillo, en funciones de presidente de la República: “Presidente de la República que devalúa, se devalúa”, la  actual administración Federal  y su cabeza, Enrique Peña Nieto, como presidente de la República, jamás podrán quitarse la pesadísima loza que significa esta devaluación galopante que se generará con la liberación del precio de los combustibles, a partir del primero de enero de este año.

    Aunque haya posibilidades de que en el transcurso de este año 2017  se manifiesten signos económicos que muestren ventajas de esta decisión  de política económica – liberación de precios de combustibles – y se pueda estabilizar en todo 2017 – un precio para los combustibles, lo cierto es que nadie lo creerá, porque en este momento    es una sangría económica no esperada y como el movimiento se demuestra andando, las autoridades de las políticas fiscal y económica pública, públicas – Hacienda, Energía, Comercio, la Comisión Federal de Electricidad y PEMEX – ya anunciaron  el incremento del costo de la energía eléctrica y del gas.

En esta cresta de la ola hay gritos de todos tipos y grupos y no falta quienes   – diputados y Senadores del PRD y del PAN – le atribuyan a un partido político – el partido revolucionario institucional – el origen de esta política pública económica, la verdad no es así, porque ellos, tanto los representantes populares de los  Partido Acción Nacional – PAN – y de la Revolución Democrática – , votaron el H. Congreso de la Unión toda esta serie de decretos y leyes.

Tal vez, en los tiempos del partido único SÍ se hubiera endosado con propiedad al PRI este hecho negativo y en contra de la economía popular, pero como ahora estamos viviendo los tiempos de las minorías, ya no del partido mayoritario, la responsabilidad es equitativa y pareja entre todos los partidos, pero fundamentalmente de estos tres: PAN, PRD y PRI.

Esta situación se siente más porque se ha tratado de justificar esta política con aseveraciones de que”Los precios de los combustibles en México son más baratos que en los países industrializados”.  Acaso será cierto, pero suceden dos hechos reales y concretos  e imposibles de ocultar: NO TENEMOS EL MISMO NIVEL DE DESARROLLO ECONÓMICO, NI DE SALARIO Y NUESTRO PAÍS ES UN PAÍS PRODUCTOR DE PETRÓLEO – esto por un lado  y por otro,  nuestro presupuesto de ingresos=fiscales dependen del petróleo, no de los ingresos fiscales – Productos, Derechos, Aprovechamientos e Impuestos – y, curiosamente, la inmensa mayoría de las personas  físicas y morales no pagan, ni puntual ni cabalmente, sus obligaciones fiscales, con todo y con que la base fiscal se ha incrementado un 25%. Siendo audaz, más del 50% de los causantes fiscales no declara, fiscalmente,  la verdad sobre sus ingresos.

En realidad estamos pagando ANTICIPADAMENTE lo que subirán los combustibles en este 2017.

Si todos cumpliéramos nuestras obligaciones fiscales hechos como éste – liberación de combustibles – de política pública fiscal y económica, no serían tan dolorosos.