Indudablemente la inseguridad social=pública – que comprende todo tipo de delitos, sea quien sea la mano ejecutora y pertenezca a una organización o sea producto de la convivencia social, está presente cotidianamente y, de hecho, convive con nosotros.
Pero lo más grave y curioso de este hecho de la realidad es que los líderes sociales hacen muy poco y lo que hacen, no produce los resultados deseados o bien por su incapacidad o por incompetencia o por omisión o por debilidad institucional o por colusión.
Es evidente y muy sensible que los hechos delictivos de todo tipo han rebasado a las corporaciones municipales, estatales y Federales; es evidente que los políticos de todos los niveles han asumido como respuesta convenenciera que como respuesta inmediata a un hecho delictivo, ofrezcan-entreguen-expresen inmediatamente frases como “el fortalecimiento de las acciones de gobierno, el relanzamiento de programas de seguridad, el blindaje mayor del municipios, estado o acciones de gobierno Federal”, que son en el terreno de los hechos, mentira; mienten y, basándose en el axioma publicitario-propagandístico…”Miente, miente, que algo queda” y que “una mentira repetida más de mil veces, se acepta como verdad”, hablen y digan puras sandeces.
Lo cierto es que aquí estamos y no estamos bien. En algún momento, TODOS – familias, escuela, religiones, Estado-gobierno- partidos políticos e instituciones, fundamentalmente – extraviamos el rumbo e ignoramos lo que hicimos y/o por qué estamos sufriendo todo esto y, lo más grave, hacia dónde vamos.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana – ENSPU – (instrumento aplicado para medir esa percepción en el trimestre julio-septiembre de 2016), el 71.9% de la población mayor de 18 años considera que vivir en su ciudad es inseguro.
Entre las singularidades están las siguientes: Ecatepec, del estado de México, es, por sus residentes, la ciudad que se considera más insegura del país, pues el 95.3% de sus adultos la consideran sumamente insegura – lo anterior explica la reciente llegada de fuerzas militares (más de mil elementos) para servicios de patrullaje y respaldo-sustitución de servicios policiacos; le sigue la zona oriente de la ciudad de México, con el 94.2%; Coatzacoalcos, Ver., con el 93.4%; Acapulco, Gro, con el93.3%; Villa Hermosa, Tabs., con el 90.7%; zona norte de la ciudad de México, 87.9%; Chilpancingo, Gro., con el 86.6%; Fresnillo, Zac., con el 86.0%, Veracruz, Ver., con el 84.6% .
Curiosamente se difunden pocos datos sobre Tamaulipas y Coahuila donde muy recientemente se encontraron cementerios-osarios clandestinos.
Para los encuestados los lugares más inseguros son los cajeros automáticos ubicados en las calles y avenidas; para el 71.7% de los encuestados, lo es el transporte público; para el 65.9, los bancos y para el 62.5, las calles que utiliza cotidianamente.
Las conductas antisociales a las que más se enfrentan los mexicanos en su entorno-universo de convivencia son: consumo de alcohol en la calle, el 65.7%; robos o asaltos, el 62.9%; vandalismo, el 54.4%; venta=consumo de drogas, 42.4%; pandillerismo, el 36.9% y disparos frecuentes de armas de fuego, el 33.3%.
Ante esta situación 61% de los consultados manifestaron que ya no salen con joyas, ni dinero ni tarjetas de crédito; el 56.4% ya no permite que sus hijos menores salgan; 49% ya no caminan después de las ocho de la noche y el 32.3% ya no visita a parientes o amigos.
Para el 85.4% de los encuestados el principal problema que encuentran en su ciudad son los baches en las calles y en las avenidas y el 69.7%, la delincuencia.
De conformidad con estos datos, el INEGI considero que DURANTE 2016 LA PERCEPCIÓN DE LA INSEGURIDAD VA AL ALZA, PUES EN DICIEMBRE DE 2015 LA PERCEPCIÓN SE UBICABA EN 67.7%; PARA MARZO DE ESTE AÑO, SUBIÓ A 70 Y AHORA ESTÁ POR EL 71.9%. Aunque el porcentaje de incremento es muy bajo – de trimestre a trimestre – si es sensible que va en aumento y que, curiosamente, a mayor destacamento de fuerzas militares, paramilitares y parapoliciacas, es ilógico el aumento de la delincuencia y la inseguridad, pues debería ser a la inversa: su disminución.
Los liderazgos sociales – autoridades políticas e instituciones de gobierno – en sus tres niveles – algo deben hacer, pues parece ser que ya existen zonas geográficas en las cuales ante el vacío del poder público – gobierno – la delincuencia es año y señor de esas regiones.
Complementariamente el llamado Sistema Nacional de Seguridad Pública SNSP -informó-difundió que en los primeros ocho meses de este año – enero-agosto – 16 estados de la república – dos tercios de la Federación: estado de México, Veracruz, Distrito Federal, Morelos, Puebla, Oaxaca, Zacatecas, Nuevo León, San Luis Potosí, Baja California, Sinaloa, Chiapas, Guanajuato, Durango, Colima y Yucatán – tuvieron un registro mayor-reportes en el sector de secuestros – fueron denunciados 710 casos -. Particularmente el estado de México registró ¡67% de aumento! – Se denunciaron 174 casos de plagio-privaciones ilegales de la libertad. (Los grupos delictivos dedicados al secuestro realizan, en promedio tres delitos diarios en el país, de los cuales el 25% se efectúan en el estado de México)
Durante los 45 meses de la administración de Enrique Peña Nieto se han denunciado 4,977 secuestros. Esta cifra es 13.7% mayor respecto a los últimos 45 meses del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, cuando se registraron 4, 376 casos de este tipo de delito.
Es sensible, repitiendo lo aseverado líneas arriba, TODOS no hemos cumplido nuestra responsabilidad: NO predicamos con el ejemplo, NO enseñamos a respetar la autoridad, la ley y la norma, ni el respeto y por eso nos va como nos está yendo.
No tenemos conciencia que estamos repitiendo nuestros errores y acercándonos al precipicio de la anarquía y de lay de la Selva Social, que conlleva a la destrucción-desaparición-abatimiento-desplome del Estado, del estado de Derecho y de la desaparición de la convivencia social.
La sociedad mexicana de hoy requiere una renovación moral de todas sus estructuras, empezando con las del gobierno y la familia.