Finalmente, el país, la sociedad y nuestra administración tiene en operación el Sistema Nacional Contra la Corrupción: fue publicitado por el señor presidente de la República en Palacio Nacional el pasado 18 del presente – aniversario luctuoso CCXLIV del Fallecimiento de Benito Juárez García, en la ceremonia oficial que será más recordada por el solicitado perdón presidencial a la sociedad nacional agraviada pro el asunto de la llamada Casa Blanca.

Este “sistema” es un encaje de leyes cuya finalidad es evitar que se manifieste la corrupción – que es un mal de todos los hombres y de todos los países en todo el mundo -.

Las leyes son

1°.-Ley General del Sistema Nacional Anticorrupción.
Establece coordinación entre el SNA con los tres niveles de gobierno público

2°.-Ley General de Responsabilidades Administrativas.
Obligación de los servidores públicos de presentar declaraciones patrimoniales.

3°.-Ley de Fiscalización y Rendición de Cuentas de la Federación.
Mayor fuerza para la Auditoría Superior de la Federación.

4°.-Ley Orgánica del Tribunal Federal de Justicia Administrativa.
Crea el Tribual de Justicia Federal de Justicia Fiscal y Administrativa.

5°.-Reformas a la ley Orgánica de la Procuraduría General de la República.
Crea la Fiscalía Especializada de Combate a la Corrupción.

6°.-Reformas al Código Penal Federal.
Establece las sanciones a quienes cometan actos de corrupción.

7°.-Reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.
Fortalece a la Secretaría de la Función Pública.

En su presentación se dijo que…”es un sistema único. Es un logro de México. Nació de los ciudadanos, será presidido por ciudadanos y servirá a los ciudadanos”

Se debe señalar que nuestro problema de corrupción, no es por falta de leyes. Es por los hombres que las flexibilizamos o no las observamos.

Mientras no se puede juzgar a un presidente municipal, gobernador, a un jefe político, a un delegado político – en la ciudad de México -, al presidente de la República EN FUNCIONES POR ACTOS GRAVES DE CORRUPCIÓN y sea causa de retiro expedito del fuero o inmunidad a servidores públicos de los tres poderes; mientras la difusión patrimonial y fiscal de los funcionarios sea discrecional y en tanto los nuevos órganos anticorrupción no sean autónomos y ciudadanizados – y sin cuotas partidistas -, la corrupción seguirá viviendo con nosotros.