“Comenzaré describiendo la situación del país, su país, nuestro país”. Fueron las palabras con las que comenzó una de las ponencias más realistas en las que he estado presente.

Denisse Dresser estuvo como invitada dentro de la serie de conferencias que se realizaron en el Mega Congreso Loud 2012, organizado por el ITESM.

Vistiendo un sencillo traje sastre, con el cabello bien arreglado y una sonrisa, pero sin abandonar ese gesto de seriedad, subió al podio, tomó el micrófono y dominó el tema, en donde analizó, comparó y describió a la perfección la situación del país.

Enlistando “sus fallas y el papel que tiene la población para asegurar el desmantelamiento de un sistema que funciona muy bien para las elites y para los partidos políticos y funciona muy mal para sus ciudadanos”, según sus palabras.

¿POR QUÉ MÉXICO NO LOGRA CRECER, COMPETIR Y DESARROLLARSE COMO OTROS PAÍSES?

Refiriéndose a México como un país privilegiado, con una ubicación geográfica extraordinaria, con grandes riquezas naturales, poblados por millones de personas, trabajadoras y talentosas aunque siempre existiendo la pregunta que se hace México cada sexenio, cada cambio de gobierno, cada año, ¿por qué el país no avanza?

“Nos podemos aventurar a tener miles de respuestas, pero los invito a un ejercicio intelectual, voy a citar a ese famoso libro Madame Calderón de la Barca llamado ‘La Vida en México’, escrito en el siglo 17, en el cual intenta describir las principales características del país.

“El ejemplo fue el siguiente: Hoy en día si Madame Calderón pisara el país se enfrentaría a una economía política disfuncional con problemas que la crisis tan solo agrava. ¿Por qué? Aterrizaría en uno de los aeropuertos más caros del mundo, en el hotel habría 75% de probabilidades de que consumiera una tortilla vendida por un solo distribuidor, y si se enfermara del estómago y necesitara ir a una farmacia, descubriría que las medicinas allí cuestan más que en otros lugares que ha visitado.

“Si le hablara de larga distancia a su esposo para quejarse de esta situación, pagaría una de las tarifas más elevadas de la OCDE. Y si prendiera la televisión para distraerse ante el mal rato, descubriría que sólo existen dos cadenas.

“La respuesta a todo esto se encuentra en la mezcla de Estado y mercado”, afirmó.

En el país existe una situación que fue descrita por el ganador del premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, quien denominó la situación económica de México como “un capitalismo de cuates, economía llena de privilegios y posiciones dominantes”.

En vez de transparencia y reglas claras, prevalece la discrecionalidad entre empresarios que se benefician a raíz de las privatizaciones y los funcionarios de gobierno encargados de regularlos, generando una red que opera a base de favores, concesiones y protección que el Gobierno ofrece a los empresarios que exigen como condición para invertir, capturando rentas a través de la explotación o manipulando el entorno económico en lugar de generar ganancias a través de la innovación o la creación de la riqueza.

¿QUIÉN GOBIERNA EN REALIDAD MÉXICO?

La concentración de la riqueza y del poder económico entre esos “jugadores dominantes” con frecuencia se traduce en ventajas injustas, captura regulatoria y políticas públicas que favorecen intereses particulares.

EL CAMBIO VIENE DESDE ABAJO, EL CAMBIO LO GENERAS TÚ

Citando al actual presidente de Estados Unidos Barack Obama: “El poder nunca concede sin una batalla desde abajo”.

“Si ustedes verdaderamente quieren que México crezca, tendrán que crear la capacidad de regular y reformar en nombre del interés público, mandar señales de cómo van a desactivar esos ‘centros de veto’ que bloquean el crecimiento económico y la consolidación, los monopolistas abusivos, sindicatos, televisoras chantajistas, los empresarios y sus aliados en el gobierno.

“Tomen decisiones que desaten la competencia, el dinamismo económico y fortalezcan la capacidad regulatoria del Estado y gracias a esto aumente la competitividad”.

A saber que ello requiere una economía capaz de producir bienes y servicio de tal manera que los trabajadores puedan ganar más y más.

En pocas palabras, la competitividad –factor indispensable para atraer la inversión y con ella remontar la crisis, el crecimiento económico está ligado a la competencia. La innovación y, por ende, el dinamismo y la creación de empleos se desprenden de la misma.

¿CÓMO IMPULSAR EL CAMBIO?

Aseguró que con una tercera cadena de televisión; con el fomento de la competencia en banda ancha a través de la red de la Comisión Federal de Electricidad; con el fortalecimiento de los órganos regulatorios, con la sanción a quienes violen los términos de su concesión; con la reacción de mercados funcionales, como ya se logró con las aerolíneas de bajo costo; con medidas que se empiecen a desmantelar cuellos de botella y a domesticar a esas “criaturas del Estado”.

“Creo que soy realista en cuanto a mi diagnóstico de la economía política del país. Cifro mis esperanzas en ustedes, en los mexicanos valerosos, cuestionadores, críticos de una nueva generación”.