Esta colaboración aparecerá el miércoles 1º de abril, o sea, a la mitad de la Semana Santa. Mal momento para ser leído por alguien, y más tomando en cuenta que en México la lectura de periódicos impresos o en línea no es precisamente algo que el ciudadano común haga con frecuencia. La lectura no es, definitivamente, una de las virtudes del mexicano.
En fin, algo hay que escribir y en este momento se me ocurre comentar algo sobre ese ente que es la CONDUSEF, iniciales de un largo nombre, “COMISION NACIONAL PARA LA PROTECCION Y DEFENSA DE LOS USUARIOS DE SERVICIOS FINANCIEROS”.
Suena bien, una estructura que proteja a los sufridos usuarios de las no siempre honorables acciones de las instituciones financieras. Hasta ahí todo correcto
Pero, ¿Funciona la Condusef? Revisemos algo sobre ella. En su pagina oficial nos avisa que su misión y su visión son: “Promover y difundir la educación y la transparencia financiera para que los usuarios tomen decisiones informadas sobre los beneficios, costos y riesgos de los productos y servicios ofertados en el sistema financiero mexicano; así como proteger sus intereses mediante la supervisión y regulación a las instituciones financieras y proporcionarles servicios que los asesoren y apoyen en la defensa de sus derechos.” Además de lo anterior, tiene con finalidad ser: “Un organismo efectivo para la protección y defensa de los intereses y derechos de los usuarios ante las instituciones financieras, contribuyendo, de esta manera, al sano desarrollo del sistema financiero mexicano” (un verdadero catalogo de buenas intenciones).
En su página nos informa también que la Condusef efectuó al mes de febrero (no dice de que año) 244,789 acciones de “defensa” de las cuales el 86% correspondieron a Asesorías Técnico-Jurídicas y el 14% a reclamaciones presentadas por el usuario a una institución financiera. Y que su tiempo promedio de resolución de quejas anda por abajo de los 40 días. Lo que no dice es si sirvieron de algo.
Lo anterior al parecer solo es un catalogo de buenos deseos. Una rápida investigación en la red y entrevistas con varias personas directamente afectadas por los bancos y que han recurrido a la CONDUCEF, nos muestra una realidad muy distinta
De entrada, al aceptar Condusef una queja, misma que debe ir acompañada de un verdadero álbum de datos, nos informa que la respuesta llegará después de 45 DIAS HABILES, no “días calendario”. La respuesta, cuando llega, por lo general es un aviso del banco demandado, dando ellos su opinión y ya. Condusef hasta este momento solo ha oficiado de mandadero, llevando y trayendo un recado. Si uno no está de acuerdo con la respuesta, se nos pide escribir y presentar otra queja, indicándonos que debemos esperar otros 45 días hábiles. Y así podemos llevárnoslas, ad eternum, los bancos ofreciendo o no ofreciendo nada y Condusef funcionando como recadero. Con este mecanismo bien podemos esperar a que el infierno se congele antes de que Condusef resuelva algo.
Me encuentro con un dato inquietante; resulta que al parecer existe un reglamento (que hace apología de un delito) que es: Si una falsificación es parecida en un 80% el Banco la tomara como buena (esto desde luego en perjuicio del cuentahabiente). Esto, para cualquier persona pensante, significa validar una acción ilegal y fraudulenta… a favor de los banqueros
En Michoacán he sido testigo de primera mano de varios trámites eternos. No me los cuentan. La Delegación Michoacán, actualmente a cargo de un profesor de primaria de larga carrera sindical en Sonora, en la SNTE, Presidente municipal de por allá, diputado por el PRI en su Estado etc. tiene la encomienda de velar por los usuarios de la banca y los seguros en el Estado de Michoacán.
Pero hay un pequeño problema, Las resoluciones de la Condusef carecer de fuerza coactiva, no se puede obligar a los Bancos y Aseguradoras a cumplirlas; tratarán, en el mejor de los casos de llegar un arreglo, pero si la Institución que prestó el servicio no obedece y llanamente los manda a volar no pasa nada. Bueno, si pasa algo, el usuario defraudado hará un coraje de antología.
Recordemos, estamos en México.
Alejandro Vázquez Cárdenas
[email protected]