Pasé algunos días de más en Oaxaca, donde la prensa local ha destacado el incremento en el precio del huevo, uno de los productos básicos, básico, no sólo por su contenido nutricional, también por su precio relativamente estable en los últimos tiempos, pero en estos días no tanto. El panorama generalizado en los productos de lo que podemos llamar la canasta básica. El índice nacional de precios al consumidor se ha mantenido debajo de un dígito, gracias al trabajo del BANXICO y a tendencias mundiales en ese sentido. Pero no olvidemos que se trata de promedios y que el salario real se ha deprimido. Como ha señalado la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Al igual que América Latina, los mexicanos nos acostumbramos vivir muchos años con la inflación, siendo el momento más difícil en 1987 cuando los precios se incrementaron casi doscientos por ciento, aunque en otros países, como Argentina, Bolivia o Brasil fueron mucho mayores. Solamente recordemos lo que pasó en Argentina al empezar este siglo cuando incluso se llegó al congelamiento de las cuentas bancarias de los ahorradores -el famoso corralito- lo que tuvo un terrible impacto social.

El momento estelar de la inflación en el Mundo, se dio en tiempos de guerra: Ernest Hemingway relata espléndidamente, en texto que difundió hace años Gustavo Esteva en El Gallo Ilustrado, lo que sucedió en Alemania: veías el precio de un producto, y al cruzar la calle para comparar, el mismo estaba más alto, al regresar al sitio original ya había subido nuevamente, en un círculo perverso. No olvidemos que la hermana de la inflación, es la escasez, ya que nada hay más caro que lo que no hay.

Así se explicaba la inflación, como un fenómeno en el que antes llevabas el dinero en el bolsillo, y regresabas con las compras en la canasta; ya con ella presente, llevas el dinero en la canasta y lo poco que podías comprar lo llevas a casa en el bolsillo.

Lo cierto es que la inflación es el impuesto más regresivo que existe, ya que a lo primero que pega es al precio de los alimentos y medicamentos, esto es a los pobres y a las clases medias, que quizás lo resienten mas. La inflación produce desempleo e inflación, y te pega estés en el decil de distribución del ingreso, en que estés. Pero por supuesto a quienes pega primera es a los más pobres y a la clase media, que no tienen mecanismos de defensa.

Hoy hay elementos de coyuntura que presionan el nivel general de precios: la informalidad, las bajas tasas de crecimiento económico, la creación de empleos de menor calidad salarial y temporalidad, el rezago acumulado en la creación de empleos productivos, la desigualdad en la distribución del ingreso y por supuesto un insuficiente nivel de inversión, que en el caso de la pública se encuentra en niveles de hace varias décadas, como ha señalado el CEESP.

En la coyuntura lo que más presiona a la inflación es el alto precio de la gasolina, que pega no sólo a quienes tienen un vehículo de lujo o más de uno en la familia, sino a quienes tienen los carros más viejos, que son los que consumen más gasolina y más contaminan, le pega al transporte público de pasajeros, tanto gubernamental como privado, le pega al transporte de los alimentos, de los materiales de construcción, etcétera. Los ricos ni se dan cuenta del precio de la gasolina.

Sin embargo hoy es un bálsamo para las finanzas públicas, al compensar la caída del precio de exportación de los hidrocarburos: con el diferencial de un menor precio de la gasolina importada y el mantenimiento de altos niveles de precios en el mercado interno, superiores incluso al de nuestros principales socios comerciales. Es más, en España festinan que el precio de la gasolina regresó a su nivel de 2009.

Las finanzas públicas de los tres ordenes de gobierno ganan con el IEPS positivo. Sin embargo habría que valorar el impacto que tendrá finalmente en el mercado interno, en la inversión privada y en lo social, pensar en el corto, mediano y largo plazo.

Cuidado con que regrese la inflación, este Jinete del Apocalipsis, cuyos efectos pueden ser devastadores, como lo hemos visto en el pasado.

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