Chile no ha dejado en el olvidó… A Violeta Parra
Serán aquéllas arpilleras que en medio a pausas substraídas al sosiego y a la canción tuvieron espacio para ser engendradas, extendiendo así ese canto folclórico nativo que permanecía aún en el profundo de su corazón. Anhelando escapar así confidencialmente en notas, compases, acordes, los cuáles se fueron mimetizando de manera singular penetrando en el colorido: violáceo, amarillento o pastoso verde, a ellos ella se consolido concediéndoles el afloró en auténticas narraciones de su existir. Esto la llevó a conquistar un nivel meritado como única mujer cantante folclorista, compositora, artista chilena, en aquellos tiempos. Su talento artístico musical fructífero lo retomará además en arpilleras bordadas que fueron exhibidos en el Louvre, París, (artes decorativas).
Violeta Parra intérprete folclórica chilena dio a su patria Chile y al mundo entero su voz, su canto poético, su guitarra, en medio a arpilleras, cerámica y pintura, habiendo establecido una relación de amistad inseparablemente inclusive la acompañaron hasta los últimos minutos de su existencia, fueron participé de sus aflicciones asimismo de este particular talento creativo de mujer sudamericana de raíces indígenas chilenas (Ñuble). La Araucanía procede dejando espacios entre preámbulos, serán verdaderos monólogos musicales en torno al boscaje en la cual la artista se sustrae con desvelo silencioso hacia la naturaleza y sus tradiciones. Su canción ingresa primeramente al Louvre sin ostentaciones, casi sin alardes, como queriendo disculpar ella misma de usar esa otra forma de concebir arte, serán relatos visuales bordados (autóctonas arpilleras)
La angustia, tal sentimiento que sobrellevase siempre, la estimulaba a rasgar las cuerdas de su guitarra, y así soportar mejor, regocijándose entre pinchazos e hilvanadas hasta traspasar la gruesa tela, impregnándola del canto indígena, su canto, el nuestro canto, el vuestro canto. Fueron melodías sobre telas, añoranzas amargas, duras, muchas recopiladas de ancestrales tonadas y las más engendradas de su destreza, entre poesía fueron aflorando letras pesarosas sin embargo encantadas por su autora como si fuesen apacibles relatos desdichados que requieren ser expulsados pará ir desvaneciendo la acongoja existencial, reparando frisaduras… solamente poder escuchar o contemplar la hermosura del canto oral o visual, eso sería su dono al público, gozo.
Violeta del Carmen Parra Sandoval, nació en San Fabián de Alico, (provincia de Ñuble) o probablemente San Carlos 4 de octubre de 1917 Chile. (No hay una precisión del lugar). Su padre Nicanor Parra era profesor primario, cantante y su madre Clarisa Sandoval Navarrete, costurera que al quedar viuda, hubo mantenido con gran esfuerzo a sus 10 hijos, de ahí su cercanía al arte. Se dedicaron también a la música como ella y a la poesía como el ilustre Nicanor Parra. Viaja a Santiago con su guitarra y su canto, allí en 1948 se casa con el ferroviario Luis Cereceda, ambos militantes del partido comunista. Hubieron participado en la campaña presidencial del serénense Gabriel González Videla quién venció gracias a la coalición con los comunistas sin embargo paradojalmente después del triunfo ha declarado al partido comunista fuera de ley. Posteriormente se separa de Cereceda y se enlaza con Luis Arce en 1949, con él cual tendrá 2 hijas Carmen Luisa y Rosita Clara. En 1954 gana el Caupolicán y realiza una torneé en Unión Soviética. Luego a París 1956.
Violeta Parra, ensueña es una viajera de distancias lejanas. Con ideas políticas comunistas aunque con el tiempo las fue moderando, debido a sus experiencias en la política.
Así podemos decir que recorriendo el mundo, no es sorprendente escuchar en cualquier radio sentir que emiten o dar oídos a alguien que entone Gracias a la Vida
La vida de La Violeta como la llaman sus hijos, sus nietos, sus hermanos y todos los chilenos Violeta al que todos agregaríamos su apellido Parra tan típico de nuestra tierra como la tierra misma, fecunda, exuberante, fértil quizás podríamos agregar araucana. Es en su muestra del Louvre, adonde le preguntan cómo explicaría una de sus obras, así ella la comenta: la primera figura soy yo de color violeta como mi nombre, es ella misma que se autodefine como la violeta- flor.
Así en 1960 conoce al músico suizo Gilbert Favré quién tenía 16 años menos que ella, edad que no influyó de ningún modo y se trasformó en gran amor, más todo termina hasta los grandes amores dicen… así Gilbert la abandona y viaja a Bolivia, donde contraé matrimonio con una boliviana. Su desgarrado fue irrecuperable, el sufrimiento de mujer abandonada y traicionada, la llevará a escribir canciones memorables como Corazón Maldito, Que he sacado con quererte, Run Run se fue p’ al Norte, Gavilán Gavilán. En 1961 realiza una torneé acompañada de sus hijos Ángel e Isabel. Será Europa en especial Italia a acogerlos. 1964 expone en el Louvre, París. Regresa en1965 a Chile. Una de sus hijas recuerda que la única salida que solía hacer La Violeta en ese entonces, era ir al mercado para adquirir lanas de colores, eran los únicos elementos que la trasportaban a su paz interior, que tanto necesitaba.
1966 viaja y registra en Bolivia.
De la soledad y de la desesperación que la envolvió el 5 de febrero 1967, no pudo y no quiso escapar al punto que su agobió fue tal que la llevará al suicidio, disparándose un balazo… muere sola, más el canto y su nombre vive en los chilenos…
Gracias a la vida, que me ha dado tanto
Me ha dado dos luceros que cuando los abro…
Los chilenos pueden agregar…Gracias a la vida,
que nos ha dado tanto en Violeta Parra.
Violeta germinó, germina y germinará como una flor en Chile y en el Mundo,
con su arte y además hoy une al pueblo Chileno en su figura.
¡Violeta!… ¡VIOLETA PARRA!