La autoestima se compone de la auto imagen, la autopercepción y el auto concepto. Todos los seres humanos tenemos una imagen de nosotros mismos más o menos cercana a la realidad, de cómo es nuestro cuerpo y nuestra imagen al exterior. Podemos o no sentirnos cómodos con esa imagen, sin embargo es una construcción mental que hacemos a partir de lo que nos enseñan y de lo que idealizamos (modelos, actores, etc.).
La auto percepción está ligada a lo que los demás aportan a nuestra imagen, esto es si somos o no aceptados, si nuestra presencia es bien o mal recibida, si nuestra interacción con los demás corresponde a lo que pienso o veo de mí mismo.
El auto concepto se forma de lo que a uno le enseñaron que es y de la imagen de uno mismo que se proyecta hacia fuera, la cual se traduce en las palabras con que uno se autodefine, como puede ser hablar de las propias capacidades de una manera justa, exagerarlas o auto ofenderse. De acuerdo a la naturaleza de las mismas, será como los demás nos traten, ya que es la forma en que uno les está indicando que quiere ser tratado.
Lo más importante es aceptar nuestra propia imagen y si hay alguna cosa que no nos agrada, trabajar en ella, por ejemplo: Su uno tiene sobrepeso y no le resulta agradable, lo adecuado sería tratar de alimentarme sanamente o buscar ayuda de un nutriólogo. Lo que los demás dicen de uno, está relacionado con la manera en que uno se expresa de sí mismo, como cuando se dicen frases del tipo: “ya se que lo que voy a decir es una tontería”, “aunque no me creas…”, y si los demás no tienen una mala imagen o concepto de uno, al decir estas palabras, se puede hacer que lo tengan a partir de ellas.
Es importante aclarar que si bien estos elementos influyen, no son determinantes, ya que a pesar de que alguien pueda desarrollar una imagen de nosotros, nadie más que uno mismo establece la totalidad de su persona.
Existe un ejercicio muy simple que nos ayuda a detectar si tenemos o no una adecuada autoestima: En una hoja de papel establecer tres columnas, en una se anota qué es lo que uno dice de sí, en otra cómo nos tratan los demás y en la tercera cómo nos sentimos ante esto. Si la resultante arroja que experimentamos emociones como tristeza, enojo o frustración, será un indicativo de que estamos atentando contra nuestra autoestima.
Cuando hacemos referencia a la persona que somos, es importante hacerlo siempre de manera respetuosa y justa, sin ofendernos o calificarnos de forma que nos minimice u ofenda, pero también es necesario tomar esta misma medida con las personas que nos rodean, es decir, no debemos permitir que nos maltraten o que hablen mal de nosotros.
*Académico de del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana.
Colaboración de Fundación Teletón México.
“Como te tratas te ven”
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