Sería lamentable que nos confiáramos por los resultados de una encuesta de Parametría divulgada el lunes, donde el PRI se mantiene con 32 puntos de preferencia electoral, mientras que el PAN se mantiene en el 26 por ciento, el PRD queda, con 13 puntos y Morena con nueve por ciento, el Partido Verde con 11 puntos, con la suma de los votos del Verde con los del PRI le darían a esa coalición, 43 por ciento de los votos y la posibilidad de tener mayoría en la cámara de diputados, sin embargo no podemos desconocer que existe un ambiente de desconfianza en muchos sectores sociales, enfrentamos recortes presupuestales muy importantes que afectaran de una forma u otra el crecimiento económico del país, con denuncias de corrupción que afectan a todos los partidos, y que esto desde luego puede influir a futuro y cambiar la percepción del electorado.

Estamos viviendo tiempos difíciles en todos aspectos y en especial el debilitamiento de nuestras instituciones en materia de transparencia y corrupción, desde hace algún tiempo hemos sostenido que vencer este flagelo social sería el reto más importante que enfrentaría el Presidente Peña Nieto, recordemos que el propio Presidente siendo candidato electo señalo como prioridad en su agenda, el fortalecimiento de los mecanismos de transparencia promoviéndola mediante el acercamiento del sector privado a través de la creación de una comisión ciudadana que fungiera como órgano fiscalizador.

Pero la construcción y la evolución de este derecho requieren de un impulso básico y fundamental que es la participación de la ciudadanía. De nada sirven las leyes que reconocen y protegen un derecho si no hay quien lo exija y lo demande, por ello resulta de vital importancia, ahora que se está discutiendo todo el sistema anti-corrupción en la cámara de Senadores, no tomar en cuenta las resistencias de los sujetos obligados que por supuesto responden a intereses personales y no a las razones de los que atienden a los intereses generales en beneficio de la sociedad y de las propias instituciones. Se presenta una gran oportunidad para ayudar al Presidente Peña y fortalecer a la institución Presidencial, fortaleciendo su imagen, garantizando en especial el derecho fundamental de acceso a la información bajo el principio de máxima publicidad.

Es nuestra responsabilidad como ciudadanos ejercer este derecho para mantenernos informados, para participar en la función pública y para poder exigir la rendición de cuentas de nuestros servidores públicos.

Por lo anterior, considero que se deben seguir tomando decisiones que fortalezcan al ejecutivo federal, entre otras la de la aprobación adecuada de las iniciativas de acceso a la información y las minutas correspondientes a la transparencia y combate a la corrupción, viene a mi memoria dos principios elementales en materia política:

“Quien se niega a aplicar remedios nuevos -decía el filósofo inglés Francis Bacon- debe aprestarse a sufrir nuevos males, porque el tiempo es el mayor innovador de todos.”

“El político que espera demasiado para estar seguro de sus actos corre el riesgo pie perder la oportunidad de dominar el curso de los acontecimientos”

En efecto, pasar de un antiguo a un nuevo orden es un acto ante el cual es comprensible que el político vacile. No obstante, si quiere ejercer su derecho preferencial sobre el futuro, su primera tarea es aceptar ante todo la necesidad de un cambio radical.

Tenemos que recordar quienes hemos ejercido una función representativa que cuando el sufragio universal le confía a uno las funciones supremas y no quede nadie por encima, uno ya no puede tener amigos. Este es uno de los costos del poder, hay que dejar el corazón en el guardarropa. Este pensamiento lo promovía Charles De Gaulle, y creo que puede aplicar puntualmente para los tiempos que nos ha tocado vivir.