Algunas personas tienden a mostrarse de mal humor e irritables todo el tiempo. Se enfurecen fácilmente y dejan al descubierto sus frustraciones. Esto puede tener graves consecuencias negativas para todas sus relaciones, especialmente para las relaciones de pareja.
Las personas que siempre parecen estar de mal humor tienden a señalar todos los inconvenientes menores en la vida. A menudo sienten que su vida no es justa y que el mundo está en su contra, se quejan constantemente. Este tipo de mentalidad lleva a estas personas en busca de evidencia de que su vida es dura. Sus quejas son a menudo groseras y tratan de culpar a alguien. Pueden quejarse acerca de los hábitos de todos; tienden a estar de mal humor todo el tiempo y pasan por alto las cosas buenas de la vida. Ellos ven la vida desde un punto de vista diferente y tienden a exagerar las dificultades. Vivir con una persona que tiene problemas de ira crónica puede ser muy difícil y pueden causar un daño grave en la relación.
La comunicación a menudo puede verse afectada. Las personas que sufren de ira crónica o están irritables y enojados casi siempre deben aprender nuevas técnicas para ayudarse a cambiar sus pensamientos y comportamientos.
La terapia también puede ayudar a las personas a cambiar sus pensamientos y comportamientos, pero es importante que la persona con problemas de ira tome en cuenta que está afectando a la familia y que debe aprender a controlarse. Si su pareja es quien sufre de problemas de ira tome en cuenta que usted es capaz de desarrollar nuevas habilidades para hacerle frente a sus estados de ánimo.
No dude en buscar ayuda para este tipo de problemas si nota que la convivencia se vuelve más dura cada día.
– Psicologa Leticia Ortega