Hablar en público exige una máxima concentración. Estar atento a tu desempeño en el escenario y en la respuesta de tu público. Cada 7 minutos deberás de introducir un nuevo estímulo que garantice mantener su atención.
Sólo hay una oportunidad para impactar positivamente, así que por ello, capacítate en esta materia para empoderar tu imagen profesional y fortalecer tu branding personal.
Hoy continúo con los 10 errores restantes al hablar en público y cómo solucionarlos. Puedes leer la primera parte aquí: 10 errores y sus soluciones al hablar en público
11) Descuidar tu imagen física o vestir inapropiadamente
Antes de que abras la boca tu público ya recibió un primer impacto por tu vestimenta y arreglo personal. Algo que siempre les digo a mis clientes es que nunca olviden que ellos son el mensaje, quien brillará serás tú, no tu discurso.
Qué debes de hacer: Nunca subestimar el poder de tu primera impresión. La imagen mental que tu público guardará de ti está fuertemente influenciada por tu ropa y arreglo personal. Tu vestimenta refleja sin palabras quién eres, cuál es tu cargo, nivel de experiencia, nivel cultural, estilo personal y qué se puede esperar de ti. Cuida de nunca vestir inapropiadamente y vístete para el éxito. Adopta un código de vestimenta (formal o casual de negocios) según tu público, objetivo, región, clima y perfil de tu audiencia.
12) Tener un vocabulario pobre
Quien domina el habla de su idioma proyecta mayor poder, liderazgo y cultura. En muchas ocasiones un orador habla con un vocabulario incongruente a la preparación que dice tener, con palabras como “gentes”, “pus” en vez de “pues”; en otras ocasiones frases como “y que agarra y que me dice”, “lo que viene siendo”, “dijistes”, entre otras más, deterioran enormemente la imagen de cualquiera al hablar en público.
Qué debes de hacer: Seguramente más de uno pensará que la solución es no decir esas palabras. Lo grave resulta que estas palabras se pronuncian de manera inconsciente, pues quien las dice tiene el hábito de hablar así. ¿Cuál es la solución de raíz? Leer y más leer.
13) No transmitir pasión por el tema
Más del 80% de los oradores inexpertos caen en este error. ¿Acaso se trata de mostrar euforia por el tema? Nada de eso. La pasión por un tema tiene que ver con las emociones que se transmiten. Piensa en tu deporte o pasatiempo favorito, ahora imagina que hablas acerca de él. Si algo te agrada no podrás evitar reflejarlo; si crees en lo que dices, tu público te cree, simplemente porque se nota por tus gestos, actitud y tono de voz.
Comunicar la pasión por el tema no se logra al ensayar una y otra vez las palabras exactas que vas a decir sino dejar fluir las emociones que te genera lo que hablas.
Qué debes de hacer: Pierde el temor y permítete a ti mismo comunicar emociones. Orador que sólo transmite ideas, aburre. ¿Vas a decir algo que te da alegría? Sonríe. ¿Dirás algo en lo que no estás de acuerdo? Permite que así se note. Este error sólo lo superan los que dejan de ser tímidos de expresar sus emociones.
14) No saber cómo captar la atención del público
Un buen orador es un excelente narrador de historias. ¿Cuál es tu historia y cómo la cuentas? Aquellos que no saben contar historias desconocen los 5 recursos tácticos maestros.
Qué debes de hacer: Aprender que puedes iniciar o finalizar tu discurso con una frase célebre, metáfora o analogía, estadística, anécdota o pregunta. Parece sencillo y en la práctica no lo es. Decir por decir una estadística no causa impacto, intentar decir una analogía en segundos “toda persona es como una semilla”, y dar por hecho que el público captó el mensaje es desastroso. Practica cada una de ellas y aprende a contar mejores historias.
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15) No saber involucrar e interactuar con la audiencia
Hoy en día quien no “conecta” con la audiencia no tiene éxito al hablar en público. A veces la intención de involucrar al público se desvanece por completo. La clave está en aprender cómo preguntar. A preguntas inteligentes, respuestas inteligentes y/o provocadas intencionalmente.
Qué debes de hacer: Lanza al público siempre preguntas abiertas, o sea, aquellas que no se responderán con un “sí” o “no”, por ejemplo “¿Crees que una alimentación sana es buena?” es una pregunta cerrada, pues te responderán con un “sí” o “no”. En cambio, una pregunta abierta sería “¿Qué beneficios crees obtendrías si aprendieras a comer sanamente?”, provocas una respuesta que emana de la opinión. Luego de recibir las respuestas, usa las mismas para hilar y continuar con tu mensaje.
16) No respirar correctamente
Quien no sabe respirar correctamente perderá impacto al no poder sostener un volumen uniforme, además no podrá impostar su voz, en otras palabras, cuando desee hablar con un volumen más alto, dañará su garganta y lastimará los oídos de su audiencia, pues será molesto.
Qué debes de hacer: Aprender a respirar correctamente utilizando el diafragma. Cada vez que respires intenta llevar el aire a la parte baja de los pulmones (aunque tú sentirás que lo llevas al estómago, el cual debe de inflarse un poco) y, tal como si fuera un globo en el que dosificas el aire, podrás garantizar un mejor control de tu voz en fuerza y volumen.
17) No saber cuándo ni cómo moverte en el escenario
Si eres de los que se mueven constantemente de un lugar a otro al hablar en público, es un grave error. Tu movimiento distrae. Si tu intención es ser un orador dinámico no necesitas moverte sino canalizar tu energía en ademanes y entonación.
Qué debes de hacer: Permanece en tu lugar con una actitud corporal abierta (brazos separados del torso y manos en movimiento libre) y aprende a moverte en el escenario sólo cuando sea necesario, por ejemplo, moverte hacia uno de los extremos del escenario para dirigirte a la parte del público con la que has interactuado poco.
18) Hablar con muletillas
Quien constantemente dice muletillas pierde automáticamente el respeto y credibilidad de su público, ya que denotan nerviosismo o desconocimiento del tema. Las más comunes son “este”, “bueno”, “eh”, entre muchas más.
Qué debes de hacer: Identificar cuál es tu muletilla más frecuente y en vez de decirla convertirla en un silencio pequeño y continuar.
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19) No saber administrar tu tiempo
Todo orador profesional aprende a decir su mensaje en el tiempo que le ha sido indicado u otorgado. El error consiste en olvidar que debes de saber administrar tu tiempo de manera efectiva y, en consecuencia, impactar por tu precisión.
Qué debes de hacer: Habla durante 1 minuto y programa una alarma en tu celular para identificar “la sensación” de cuánto dura un minuto sin ver el reloj. Cuando sepas la duración de 1 minuto en tu cabeza podrás multiplicar ese espacio de tiempo sin problema y percibirás la sensación del tiempo que llevas hablando.
20) Subestimar a tu público
A más de uno le ha ocurrido que cree conocer y dominar las expectativas de su público y se da cuenta que cayó en un grave error.
Qué debes de hacer: Siempre investiga con anticipación quienes conformarán tu público y elabora una lista con las 10 principales preguntas que te harán respecto a tu tema o mensaje. Así, nunca te sorprenderán y tu reafirmarás tu calidad de experto.
Haz de tu imagen una herramienta de éxito.