No me llamó la atención la cabeza principal de un diario local, en su edición del pasado martes 20 del presente: SÍ ENTREGARÁ LA SEE PLAZAS A LOS NORMALISTAS. No la atrajo porque era de sobra conocido en el estado, en el pueblo común y corriente, que sí lo haría; incluso durante el año pasado varias informaciones del Mariscal de Campo de la CNTE- Michoacán, Juan José Ortega Madrigal y los voceros de los estudiantes egresados de las escuelas normales públicas, lo repetían hasta el cansancio: Nos darán mil plazas de base; es más, en la administración del Chaparrín Jesús Sierra – Sierrita – Arias, se afirmó que “como una excepción” se les entregarían las plazas. Y, también, violando toda la normatividad existente, estuvieron llegando a las zonas escolares personal de nueva adscripción en el servicio. ¿Alguna objeción? ¡Ninguna! Por eso son jefes, ¡para mandar!
Lo que llamó mi atención fue la justificación dada por el titular del ramo, Armando Sepúlveda: “Los cerca de mil estudiantes normalistas que fueron contratados de manera temporal por la Secretaría de Educación en el Estado, y 56 egresados del Centro de Actualización del Magisterio Michoacano – CAMM -, obtendrán claves ilimitadas, es decir, que no tienen término frente a grupo, como parte del acuerdo con el magisterio democrático. Este acuerdo se hizo con el Ejecutivo estatal y que servirá para garantizar la gobernabilidad”.
Con todo respeto para tan alto funcionario y para el Ejecutivo del estado, permítanme afirmarle lo siguiente: Ningún acuerdo con ningún contingente, particularmente estudiantil o profesional docente, ha servido para garantizar gobernabilidad”. Porque no han servido, estamos como estamos de gobernabilidad. ¿Otra prueba? La movilización del este miércoles 21.
Para lo que han servido todas esas movilizaciones ha sido para hacer inoperante, tanto el sistema educativo estatal como el funcionamiento de los servicios educativos – razones por las que Michoacán ocupa uno de los tres lugares más bajos en calidad y cobertura de sus servicios educativos en el comparativo nacional -, y construir complicidades entre los mandos superiores de la SEE y de las autoridades estatales con las dirigencias sindicales.
Con todo respeto, debo decirle al señor secretario de educación en el estado, y a su jefe, que la gobernabilidad está en las leyes, en el cumplimiento del marco legal; por si no lo recuerda, cuando aceptó la designación de secretario de educación protestó cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen y lo que está haciendo, al no cumplir su protesta es violar la constitución política por partida doble, la Federal y la local: Artículo 128°.-“Todo funcionario público, sin excepción alguna, antes de tomar posesión de su encargo, prestará la protesta de guardad la Constitución y las leyes que de ella emanen“ -, y siendo el primero obligado en hacer cumplir la Reforma Educativa, la viola. Y debo decirle al señor secretario de educación en el estado, que lo que llaman Reforma Educativa es un conjunto de leyes federales, y que, para su infortunio, está incluida en la Constitución Federal.
Y para esto que el señor Armando Sepúlveda califica como “gobernabilidad”, acudo al IV Informe de Labores de Juan Silva Meza, Ministro – ahora ex – Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: “No será el tiempo ni el silencio de las instituciones lo que permita superar la adversidad que enfrenta el país como consecuencia de las violaciones graves a derechos fundamentales cometidas por quienes deberían brindar seguridad a la población. La Experiencia histórica ha demostrado que es preciso preferir la fortaleza institucional, al desorden; las vías democráticas, al uso de la fuerza ilegítima; el respeto al régimen democrático representativo y federal, a la ausencia del Estado constitucional. El remedio a la ingobernabilidad está en la Constitución…Todos los servidores públicos deben escuchar, aplicar las normas que justifican nuestra existencia, y rendir cuentas de nuestros actos”.
Complemento lo anterior con unos juicios de Héctor Aguilar Camín, expuestos en su colaboración de regreso a MILENIO, diario, publicados en su edición del lunes 19 del presente:” El secreto último de la seguridad pública no reside en el uso de la fuerza, sino en la observancia de la ley…Un gobierno que no cobra impuestos y no aplica la ley, es un remedo de gobierno”. Con sus actos, tanto el secretario de educación, como su jefe, no observan la ley, por lo tanto están abonando a favor de la inseguridad y al no cumplir la ley, son un remedo de gobierno.
Estos “acuerdo por la gobernabilidad”, ficticia, artificial, tienen efectos en toda la vida de Michoacán: en Educación-enseñanza-aprendizaje – los estados con los servicios educativos “más democratizados” son los estados más rezagados: Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán y si nuestro estado no se ha desplomado es porque, por lo menos el 15% de sus docentes y autoridades, trabajan por responsabilidad y/o por inercia -; las actividades de aprendizaje del año escolar, perdidas por las movilizaciones, jamás se recuperan y ya llevamos 15 años sufriendo la “gobernabilidad pactada y acordada”; convivencia social: estos acuerdos generan desorden>complicidad>impunidad>anarquía; por acuerdos de gobernabilidad municipales, estuvimos (estamos) a un paso de ser otro Guerrero-Iguala-Cocula, pero se detuvo su evolución. ¿Cuál gobernabilidad? Hubo, y aun está presente, esta “sui géneris gobernabilidad- convivencia delictiva”, que tuvo que venir un comisionado para tratar de reconstruir la gobernabilidad real, en los municipios en donde manifestó el hartazgo, en la forma de las autodefensas.
El modelo para obtener lo deseado es violar la ley mediante las manifestaciones, las movilizaciones; acordar la ruptura de la norma, de la ley y prometer la gobernabilidad, como si fuera el juego en el cual las dos partes ganan. Particularmente la Teoría de Juegos dice, que las partes pueden comunicarse entre sí, negociar los resultados, pues ambas partes analizan las condiciones y beneficios de cooperar entre sí, y las condiciones y riesgos de traicionar las negociaciones. Particularmente esto es lo que se hace en el sector educativo: Nunca resolver nada, pero sí ganar ambas partes, pero no ganar socialmente – que sería la solución definitiva -, sino convenencieramente: te concedo esto; tú tápame esto con tus acciones: Esta teoría es de complicidades y estas complicidades no generan, no producen gobernabilidad. La ley no se negocia, no se debe negociar para violarla, para transgredirla.
Parafraseo la célebre frase de Will Clinton: la gobernabilidad descansa en el cumplimiento de la ley, estúpido.