Estamos en una artificial situación crítica – una burbuja -, como en la Bolsa y el costo-venta del petróleo internacional y el costo-compra-venta de dólares: en el campo de la especulación y como toda especulación terminará cuando a los jugadores interesados en la especulación, hayan ganado lo suficiente o guarden-asegurado sus inversiones – en este caso políticas -: está a la vuelta de la esquina el año electoral intermedio. Seguramente a los analistas políticos no se les habrá escapado que este segmento de tiempo, esta burbuja de desestabilizadora crítica arreció desde el fin de septiembre, cuando explotó el caso Iguala-Ayotzinapa y lo que está sucediendo es el complemento de la ley-axioma de la física que afirma que “A TODA ACCIÓN, CORRESPONDE UNA REACCIÓN DE LA MISMA MAGNITUD, PERO EN SENTIDO CONTRARIO”, así que esto de lo de las casa de la esposa del presidente de la República y de Malinalco, de Luis de Videgaray, secretario de Hacienda, de la tardanza en intervenir en Guerrero por el gobierno Federal, son reacciones para equilibrar las fuerzas y las acciones.
En concreto, todo lo que está pasando, y pasará, se debe, y deberá, a la política, a la búsqueda del poder, como bien lo afirmó Carlos Salinas de Gortari, el Demonio de Berlín.
Dentro de este maremágnum de hechos y de escándalos algunos sucesos deben llamar la atención, más que otros, como los siguientes:
Uno, las palabras del historiador y escritor-columnista político Enrique Krauze. En su colaboración que periódicamente escribe para un diario norteamericano, con una argumentación equivocada, fuera de perspectiva, sofística, recomienda al presidente de la República, disculparse ante el pueblo mexicano por sus errores cometidos; recomendación que el presidente JAMÁS HARÁ, NI REALIZARÁ NUNCA. Primero, ¿Cuáles errores suyos, directamente imputables a él? Segundo: Únicamente que fuera otra Nación u otro Estado soberano, el presidente de la República instruiría a su secretario de Relaciones Exteriores entregara una Nota Diplomática, siempre y cuando hubiera una ofensa o agravio superlativo. Tercero, el país está en calma y trabajando, salvo puntos geográficos – muy focalizados: Guerrero-Iguala, ciudad de Oaxaca, Acapulco y Tierra Caliente y zona limítrofe entre Guerrero, Michoacán y estado de México; la cuestión estudiantil del IPN y su CGP ya se terminó y se encarrila a terminar el semestre – que los Medios satanizan y monumentalizan muy bien por alguna razón oculta. Todo el resto del país, mucho más del 99% está trabajando. Es muy posible que el señor Krauze, con todo y su capacidad de análisis e información, como que perdió la perspectiva. Finalmente ¿quién es Enrique Krauze y cuántos representa?
Dos: la respuesta-aseveración de Luisito de Videgaray Caso, secretario de Hacienda a la pregunta, ¿está México en crisis? Contestó que sí, algo que no debió aceptar ni afirmar. Debió batear la pregunta, salirse por la tangente. ¿Cómo cuáles? Todas las naciones, todos los gobiernos, todas las sociedades enfrentan problemas: coyunturales, estructurales, ocasionales, accidentales – lo cual es cierto y se puede comprobar en los Medios y en las redes sociales y en tuíter – y no por eso se debe aceptar que se está en crisis. Lo que sucede en nuestro – en mi país – pasará tan pronto como las cuestiones de las indagatoria de Iguala y sobre las dos casas – de la esposa del presidente y la mía- se hayan terminado y haya resultados: Actos de justicia y de Estado de Derecho. Pronto
Luisito de Videgaray Caso es leal al presidente de la República y a todos los leales se les aceptan los errores, no las deslealtades, ni las traiciones.