Cuando leemos o escuchamos el concepto de alineación nos quedan claras sus intenciones, su sentido; entendemos que una serie de mecanismos aparentemente distantes se ponen en contacto, al hacerlo se producen condiciones que hacen que la máquina virtual llegue a resultados mágicos. En mi caso, visualizo una serie de engranes como de relojería, una rueda hace girar la otra, ésta a un perno y así sucesivamente, al final la manecilla que marca las horas, la de los minutos y el segundero dan la hora exacta, el movimiento de una influye en las que le suceden.

Como bien sabemos somos energía, como todo en el universo, entender que la transformación de alguna de sus manifestaciones modifica las otras es vital.

Alinear la energía desde nuestra posición nos hace ser partícipes de equilibrios mayores y dadores positivos hacia el universo; responsabilidad que debemos de entender en todos sus conceptos, que en principio nuestra aportación es más influyente en los círculos más cercanos.

En este contexto asumir que debemos conocer las repercusiones de nuestros actos es esencial para que el camino y la ruta se muestren eficazmente.

Partir de la visión actual en donde casi todo se desarrolla en el campo virtual e intelectual es inválido, es como negar el movimiento.

La intuición es una fuente primordial en el ejercicio de la vida, hacerle caso cuando su valor se manifieste es importante para desarrollarnos.

La energía se transforma, se manifiesta de distintas maneras, nada se crea, sólo cambia; está ahí para que sepamos dónde estamos, para que imaginemos vías, ni soluciona ni arregla asuntos, esos dependen de nuestros actos.

Aceptar que el desarrollo está en función de la co-creación que realicemos junto a lo que nos rodea, que depende también del potencial que logremos adaptar a nuestro tiempo, que el trabajo de equipo modifique las cosas con mayor eficiencia es sentar las bases para estar alineados.

Hacer las cosas correctas para lograr el resultado es un punto de partida para conseguir el objetivo final que deseamos, precisamos también equilibrio.

Pensamientos, creencias, emociones, decisiones y acciones deben de coincidir, al menos observar el mismo sentido.

La frecuencia de vibración produce condiciones y circunstancias inimaginables, modifica situaciones, eleva la potencia de lo deseado y lo convierte en realidad.

Esta es la magia, dar los pasos correctos y seguir los consejos adecuados, de los demás y los propios; hacernos caso.

La consecución del logro es también cuantificable, observable y medible; como si presenciáramos el ensayo general de una orquesta, de la puesta en escena de la sinfonía más impactante, en el recinto perfecto, con el mejor auditorio posible.

Invertir el tiempo exacto para hacer congruentes a todos los elementos es esencial para el éxito.

Las vibraciones adecuadas de esos instrumentos producen el mismo efecto que las que energéticamente aportamos a nuestros proyectos.

El potencial del resultado es una consecuencia de la armonía y de cuán alineada esté desde el principio la energía que manejamos para llegar a los fines que nos hemos propuesto.

Sabemos, porque lo hemos sentido siempre, cuando estamos en desorden, cuando la energía se desperdicia en cosas sin importancia, hazte caso y notarás el cambio.

Te deseo un fantástico viaje, recuerda observar tu palabra que es mágica #piensaantesdehablar

Twitter@TerryGuindi