Quizá las ganas de sumar ideas para fortalecer proyectos de trabajo, y causar una buena impresión ante tu jefe y compañeros te esté llevando por caminos equivocados porque tus ideas, aunque son bien intencionadas, lejos de ayudar pueden dificultar el proceso de trabajo.

Aprender a aprovechar esas oportunidades puede ser la diferencia entre convertirte en genio de las buenas ideas o el terror del área. ¿Tú, a qué grupo perteneces?

1. Llega un proyecto con etiqueta de urgente a tu área, al que se le debe dar respuesta rápida y exitosa, durante la junta con el equipo de trabajo, tu aportación es:

a) ¡Rápida! Tu intervención sólo logra robar la sonrisa de los asistentes, porque no encuentran la viabilidad.

b) Moderada. Participas sólo con una idea y es bien aceptada.

c) Reservada. Analizas la situación y cuando puedes ofrecer alternativas efectivas, las presentas al líder del proyecto.

2. Se planea la fiesta anual de los empleados y les dicen que deben ir disfrazados. Tu equipo se reúne para hablar sobre el hecho, ¿cuál sería tu idea?

a) La solución es clara: Hay que comprar revistas especializadas y hacer el vestuario con nuestras propias manos durante la hora de la comida.

b) Buscar uno que sea emblemático del equipo de trabajo, sin importar si cuesta mucho dinero o es complicado de conseguir.

c) Que cada quien seleccione su atuendo de acuerdo a su presupuesto y al tiempo que puede dedicarle, y propones que haya consenso para tomar la decisión.

3. La empresa se muda de instalaciones y hay que guardas todas las cosas de tu área en cajas ¿cómo ayudas?

a) Guardas todo de manera desordenada en cada caja, y cuando hay que cargarlas la desgracia ocurre: todo pesa muchísimo y las cajas se rompen. Ahora, tú eres el que necesita apoyo.

b) Al principio comienzas de manera ordenada, y en la caja número 5, piensas: Ya encarrerado el ratón…

c) Llevas un control de lo que guardas, y compartes tu idea con tus compañeros. Como es buena, todos la agradecen.

4. Te invitan a una junta donde se expone un plan de trabajo del que no tienes conocimiento. Tú:

a) Intervienes todo el tiempo, y piensas: “Ya llegó por quien lloraban”, aunque en realidad no entiendes porqué se hacen silencios incómodos.

b) Tomas notas e interrumpes cada vez que sientes que están literalmente hablando en chino.

c) Escuchas con atención y cuando todos terminan de hablar expones tus dudas para familiarizarte.

5. Te han explicado en diversas ocasiones un proceso de trabajo, tú:

a) Antes de dominarlo, no controlas tu impulso de hacer mejoras y cambios definitivos que piensas importantes.

b) Miras fijamente a tu jefe, mientras habla, él no sabe que tu mente está en Acapulco. Cuando termina, te pregunta si te quedó claro cómo hacerlo, respondes que sí, y que confíe en el plan que le presentarás.

c) Prometes que no habrá mayor duda, y que analizarás tus apuntes.

Respuestas:

Mayoría de a: Sin duda, eres un espíritu emprendedor, pero tienes que aprender a canalizar tu energía; antes de compartir una idea, asegúrate que puede ser efectiva. Un aliado para ti es analizar cada situación, y ser oportuno en el momento en que expones todos tus pensamientos. Como dicen: “No quemes tu leño en infiernitos”. Busca el momento propicio, y haz del orden y de la prudencia tus mejores amigos.

Mayoría de b: Tienes buenas intenciones y mucha creatividad, lo que te hace falta es ser constante, ya que permites que tu mente se vaya de vacaciones en momentos importantes, por lo que la principal tarea es ser perseverante para no dejar que tus aportaciones pierdan fuerza, y tú, credibilidad. Si te decides, podrás.

Mayoría c: Sabes hacer buen uso de las oportunidades que se te presentan. El hecho de que tomes con seriedad cada momento en tu vida laboral, ha hecho la diferencia y por eso quienes te rodean saben que cuando opines será en beneficio de todos. Sigue por ese camino en el que tendrás satisfacciones.

Colaboración de Fundación Teletón México.

“Sé responsable de tu destino”.

[email protected]