I.- ME PESA
Me pesa la ausencia de tu voz en el silencio de los días.
Te busco en cada esquina con la expresión de mi soledad.
Quiero ser parte de tu cuerpo porque alma de tu alma ya soy.
Necesito sentir el aliento de la vida por las veredas del tiempo.
Todo tiene su momento, también el instante preciso por el que vivimos.
Porque tan importante como vivir en el tiempo es vivir en el momento justo.
II.- SOMOS DUEÑOS
Somos dueños de nada en este paisaje de síntesis.
Pensamos que en las manos del dinero lo tenemos todo.
Hemos borrado de la memoria la valentía de ser el camino.
Olvidamos que la codicia nos mata, que la ambición nos tritura.
También hemos aletargado el valor de mirar las cosas con buen ánimo.
Para entrar en la esperanza hace falta estar de servicio de por vida y donarse.
III.- NO TENER MIEDO
Uno tiene que quererse para sí y amarse porque sí.
Uno tiene que dejarse nacer a diario y renacerse cada día.
Uno tiene que renovarse por dentro para crecerse por fuera.
Uno tiene que ser lo que quiera ser y no dejar de ser un corazón.
Uno tiene que vivir con lo que tiene y revivirse con lo que le confían.
Uno tiene que despojarse de miedos, poblarse de luz y repoblarse de ilusiones.
IV.- ASPIRACIÓN
Nadie llegó a la cumbre acompañado por la desesperación.
No desesperes cuando vives, que la vida es un continuo despertar.
Tampoco receles de los caminos del amor y ama con las alas del espíritu.
Porque entregarse es hallarse y realzar en los latidos del otro tus propios latidos.
Está bien tomar el amor con principio y el fruto de la cesión como fin del camino.
Y mejor aún, despojarse de mundo y abrirse al albor, donde deberíamos aspirar a sucumbir.
Víctor Corcoba Herrero
6 de diciembre de 2013