Nació en Piedras Negras, Coahuila (1917), y falleció en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (2010); muy lejos de la Ciudad de México. Pocos como Armando Jiménez para conocer las formas y el habla popular del mexicano, sobre todo de aquel que habita(ba) la urbe, a través de sus libros de picardía mexicana.

Su nombre quizá no forme parte de los diccionarios de escritores de México, pero con su trabajo se convirtió en un fenómeno particular de la literatura mexicana, según él mismo aceptó en varias ocasiones: Picardía mexicana está prologada por Camilo José Cela; Nueva picardía mexicana, por Octavio Paz; Dichos y refranes de la picardía tiene un texto de Gabriel García Márquez, y el Tumbaburro de la picardía mexicana tiene otro de Pablo Neruda.

Una serie de libros de los que siempre se sintió muy orgulloso, convencido de que había contribuido a derribar los tabúes y las prohibiciones que dominaron la vida pública mexicana, en especial durante la segunda mitad del siglo XX, habida cuenta de que su primer libro apareció en 1960.

Casi como una leyenda, se ha dicho que Picardía mexicana es una de las obras más leídas en el mundo hispanoparlante, superada por el Quijote, de Miguel de Cervantes Saavedra, aun cuando con la publicación haya enfrentado diferentes problemas, incluso con la llamada Liga Mexicana de la Decencia.

El libro empezó a gestarse desde que Armando Jiménez contaba con apenas 18 años, cuando con tristeza empezó a notar la desaparición de cantinas, pulquerías, salones de baile, prostíbulos o cabarets, pero en particular de todos los habitantes de esos espacios de la vida nacional.

La vida de la ciudad

La noticia de su muerte fue dada a conocer por Víctor Manuel Cruz Roque, director de Difusión Cultural del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas, quien informó que la causa fue un cáncer en la garganta. Armando Jiménez recibirá un homenaje de cuerpo presente en el Teatro de la Ciudad de Tuxtla Gutiérrez, lugar donde vivió los últimos años de su vida.

Armando Jiménez Farías fue ingeniero y arquitecto por la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, del Instituto Politécnico Nacional; colaboró en 16 periódicos y revistas, en temas culturales y de tradiciones populares, en los cuales llegó a obtener el Premio Nacional de Periodismo.

Los libros de picardía mexicana y otros que publicó, como Sitios de rompe y rasga en la Ciudad de México y Lugares de gozo, retozo, ahogo y desahogo en la Ciudad de México nacieron de una mirada siempre inquieta, de su interés por caminar la urbe y conocerla a partir de sus sitios más “lúgubres”.

De ahí obtenía el habla de sus libros y también las experiencias, la nostalgia de una ciudad que poco a poco se le iba de las manos, por ello el interés de quien también era conocido como “El gallito inglés” por plasmar sus vivencias en obras, que lo llevaron a ubicarse entre los más publicados: Picardía mexicana cuenta con 143 ediciones y más de cuatro millones de ejemplares vendidos.

Por algo, apenas en mayo pasado Luis Miguel Aguilar, en su columna El camaleón peripatético (12/05/2010), recordaba que “hubo una época en que en todos los hogares de la clase media mexicana había, o no, una Sagrada Biblia, pero sobre todo, oculto en algún anaquel, un ejemplar de Picardía mexicana, de Armando Jiménez”.

Incluso, en el libro 3,000 años de humor, considerado como el más importante sobre este tema, publicado en Barcelona, España, en el año de 1969, considera a Armando Jiménez Farías como el humorista más destacado de Latinoamérica.