SIGNOS Y SEÑALES.

El presopuesto que viene.
Inversión y Educación básica las prioridades
Oaxaca, Durango, Puebla

Escribía el viernes pasado que el tiempo es corto, por lo que definidas las elecciones en 12 estados de la República,  los nuevos gobiernos deben empezar la transición, no sólo estructurar sus equipos de enlace, sino definir sus prioridades. Por supuesto que las campañas, como en el caso de Oaxaca, ayudaron a definirlas, y Gabino ha sido muy claro en ello, pero hay que ponerle apellido a las cosas.

Los presupuestos de los estados generalmente tienen un margen de acción muy reducido, casi todo es irreductible, incluso si tienen pensado modificar estructuralmente la administración pública – lo que tienen que hacer- para eliminar burocracias, desregular, simplificar procedimientos, esto es alentar la competitividad ya que al eliminar trámites innecesarios se reducirá la corrupción, como el hecho de que dependencias como salud, “construyan” .

Los presupuestos de arranque se pueden corregir, pero en la parte de inversión corren los tiempos federales, así como los del llamado Ramo 33- Los presupuestos locales se acaban con el gasto corriente, los subsidios a la educación y salud, las transferencias a los municipios, los nocivos parí passus, pero la parte importante del gasto de inversión, así como el de educación y salud, provienen del Presupuesto Federal, y mientras no cambiemos las reglas del juego de la coordinación fiscal, se tiene que negociar antes de septiembre.

Por supuesto hay un hándicap a favor de los nuevos gobiernos electos con una amplia participación ciudadana, incluso ya algunos gobernadores tienen una buena formación profesional, como es el caso de Oaxaca y Puebla, pero también los de Durango, Tlaxcala y Sinaloa.

Por lo pronto Oaxaca y Puebla tienen que sus prioridades de inversión, para cumplir incluso el procedimiento de que los proyectos propuestos tengan ya registro en la unidad de inversiones y no suceda lo que ya ha pasado que por ejemplo Oaxaca tuviera la parte más importante de inversión en carreteras y lo que fluyó fue muy poco porque faltaba casi toda la parte técnica. El resto del presupuesto es prácticamente irreductible, lo cual no implica que se deje de lado una reforma en la administración pública, que implica compactar estructuras, detener el crecimiento de la burocracia de manera no compulsiva, con alternativas de empleo y el apoyo a las PYMES.

Desde luego intentar basificar personal adicional es una decisión perversda, que poco ayudaría a una transición suave e institucional, practica muy usual en el pasado, que se debe evitar-

Hay entidades, casi todas, pero hoy yo apuntaría a Oaxaca, Durango y Puebla que tienen que ver ya el tema del financiamiento de la educación básica para 2011, pero apuntando ya a resolver el problema estructural, que surge desde 1992. A Durango ya he comentado, se le ha regateado el apoyo que se da a las entidades que destinan una parte sustantiva de su presupuesto a la educación básica, que en este caso represente más de una tercera parte, que sigue creciendo, y es más de la tercera parte de sus participaciones. Pero el caso de Oaxaca la práctica nociva de la “doble negociación” hizo que las prestaciones negociadas con los gobernadores crecieran más de la cuenta, sin que hubiera recursos estatales ni federales para pagarlas, ni la decisión federal de regularizar su situación. A Oaxaca se le ha manejado siempre con anticipos de calendario, un subsidio extraordinario cada año superior a los mil millones de pesos e incluso un préstamo bancario al Gobierno de Oaxaca en 2005, para poder cumplir las obligaciones laborales de fin de año. Pero el problema está vivo  y hay que empezar a resolverlo ya. En el caso de Puebla, es creciente el porcentaje estatal  del presupuesto que se destina a educación básica, siendo más dinámica el crecimiento de la aportación estatal que la federal y tampoco, como Durango, recibe un peso de la carga elevada educativa.

Consultor, miembro del Colegio Nacional de Economistas. [email protected]