Un emotiva inauguración llena de fuegos artificiales, bailes y un mosaico que algunos estaban a punto de llorar. Chivas optiene una victoria 3-2 ante Man U

Los corazones chivas se aceleraron cuando el enorme mosaico multicolor dio vida a las relucientes gradas del estadio Omnilife.

Fueron unos cuantos segundos, pocos para disfrutar el momento, pero suficientes para guardarlos por siempre en la memoria. El escudo del Guadalajara apareció en la cabecera sur del inmueble, tan impresionante como las letras que conformaron la palabra “Chivas” en una de las tribunas laterales. El nuevo hogar del Rebaño Sagrado cobró vida…

El volcán explotó como Jorge Vergara soñó cuando lo concibió. Los fuegos artificiales que emanaron desde sus entrañas iluminaron la noche tapatía, mientras algunos derramaban lágrimas en las cómodas butacas.

Hasta sir Alex Ferguson cayó rendido ante los encantos de la fastuosa ceremonia de inauguración. Sigiloso, sin desear que muchos se dieran cuenta de su presencia, el entrenador del Manchester United apareció en la grama sintética para tomar algunas fotografías de las evoluciones que se realizaban mientras el coloso estaba casi en penumbras.

Entonces literalmente brillaron los 11 títulos de Liga conseguidos por el Guadalajara. Cada una de las enormes estrellas luminosas que fueron parte de la celebración representaron los éxitos del club más ganador en la época profesional del futbol mexicano.

Era la velada de las Chivas… Y nada la estropearía.

Ni siquiera el incomprensible himno compuesto por el cantante Reily, en el que se resalta a Jalisco y el tequila como referencias cercanas a las Chivas. Inverosímil juego de palabras que une al alcohol con un equipo del futbol.

Las decenas de niños que acompañaron la interpretación no fueron suficientes para despertar a los más de 40 mil espectadores. Eso lo logró el legendario “¡Chivas, Chivas!”, genuino y apegado a las tradiciones de un pueblo orgulloso de sus raíces, el cual se mostró un poco frío durante la magna celebración caracterizada por movimientos y sonidos que poco tienen que ver con el Rebaño Sagrado.

“¿Y el mariachi?”, se escuchó en las gradas. No hubo, no en la fiesta de una institución que busca la amalgama perfecta entre la tradición y la modernidad.

Lo demostró con aquellos guerreros que simularon ser los jugadores rojiblancos, cuya consigna quedó clara anoche: defender el nuevo territorio chiva. Justo en el año en el que se festejan los dos siglos del comienzo de la Guerra de Independencia de nuestro país, el club más mexicano celebra la suya, tras salir del estadio Jalisco, su casa durante poco más de 50 años.

Ningún vestigio del inmueble de la avenida Independencia. La voz que se hizo tradicional en los partidos del Guadalajara y el Atlas, sólo mantendrá la costumbre de los Rojinegros. Rafael Almaraz no lo volverá a presentar como “el equipo más popular”.

Óliver Guerrero es el encargado del sonido local en el fastuoso Omnilife. Su timbre de voz es similar a la del hombre que da vida al Jalisco, pero intenta marcar diferencia. De entrada, los rojiblancos no son presentados como el Guadalajara o las Chivas… Simplemente, “el Rebaño Sagrado”.

Ese que defiende el escudo que ayer hizo palpitar los corazones tapatíos como pocas veces cuando se agigantó en la tribuna de la nueva casa del Guadalajara, la que su directiva ha prometido como el templo en el que surgirá el nuevo Campeonísimo, la que por fin tiene los colores rojo y blanco en las gradas, no el amarillo y azul que caracterizan al estado de Jalisco… Pero también al América.

EL PARTIDO

Previo al silbatazo inicial, el sonido local pidió un minuto de aplausos por don Daniel Bravo, padre de Omar Bravo, quien falleció el día de ayer. De inmediato la afición rojiblanca mostró apoyo a su todavía jugador con el grito de “Bravo, Bravo, Bravo”.

El momento impresionante llegó instantes de haber iniciado el cotejo. Se escucharon las alineaciones y los presentes enloquecieron cuando se nombró a Javier Hernández con el cuadro del Guadalajara.

Y fue el “Chícharo” el que provocó la locura entre los presentes. Se metió a la historia del club Guadalajara al ser el primer anotador del Estadio Omnilife. Al minuto 7, Omar Arellano realizó un trazo hacia los linderos del área, donde Adolfo Bautista asistió con el pecho a  Hernández y éste con un zurdazo hizo inútil el vuelo del arquero polaco Tomaz Kuszczak.

Los seguidores rojiblancos no terminaban de festejar cuando el ManU ya había igualado los cartones. Tom Cleverly cobró un tiro de esquina desde la banda izquierda y dentro del área Cris Smalling ganó la posición a Héctor Reynoso y de testa mandó el esférico a las redes.

Hernández Balcázar se mostró incisivo dentro del terreno de juego; instantes más tarde probó nuevamente de media distancia pero el arquero del cuadro inglés se quedó con la esférica. El Rebaño era mejor dentro del terreno de juego y hombres como Alberto Medina, Adolfo Bautista y Omar Arellano se mostraban impetuosos.

Antes de la media hora de juego, el “Chícharo” tuvo una opción más, esto luego de un gran pase filtrado de Adolfo Bautista. El atacante mexicano, frente al arquero del ManU sacó un tiro suave y sin peligro.

El “Bofo” había mostrado pinceladas de futbol durante el encuentro y al 37′ de tiempo corrido tuvo su recompensa; Alberto Medina sirvió de tiro libre directo, Héctor Reynoso trató de rematar, pero fungió como pantalla, y viniendo de atrás y por sorpresa, Bautista enfrentó a Kuszczak y lo venció con un toque suave.

El “Venado” era de lo mejor dentro del terreno de juego, pero antes del descanso se lesionó tras una barrida limpia de Ritchie de Laet y su lugar fue ocupado por Marco Fabián.

Para el complemento, tanto José Luis Real como Sir Alex Ferguson comenzaron a darle rotación a su plantel. Pero el momento emotivo fue cuando Javier Hernández regresó del descanso enfundado en la casaca del Manchester United.

Ya con Nani dentro del terreno de juego, el Manchester United trató de imponer su juego, pero al 58′ los ingleses recibieron el golpe que los mandó a la lona. Miguel Ponce centró desde banda izquierda, y dentro del área Héctor Reynoso se levantó y con un excelente cabezazo mandó el esférico a las redes.

Los suplentes comenzaron a poblar el terreno de juego y llegó el momento de que Javier Hernández se fuera a descansar. Los presentes se le entregaron con un emotivo aplauso.

En el duelo de suplentes, el ManU era mejor y al minuto 79 el portugués Nani encontró un balón en el área y ante Sergio Arias mandó la pelota al fondo para colocar el 3-2 definitivo.

Con esta victoria del Rebaño quedó inaugurado el Estadio Omnilife. Al final, los seguidores rojiblancos se fueron contentos a casa, pues su equipo venció al Manchester United, observaron nuevamente al “Chícharo” Hernández, y pudieron experimentar lo que es estar presente en un inmueble de élite.