Aunque sin perder su esencia festiva, el Encuentro de Poetas del Mundo Latino rindió tributo al autor de Páramo de sueños, Alí Chumacero, quien falleció horas antes de concluir la edición número 12 del cónclave de vates, que reunió la poesía de 17 países en la capital michoacana.

Los autores resaltaron que la herencia de Chumacero a las nuevas generaciones se centra en “la profundidad lírica unida a la perfección formal”.

Minutos antes de iniciar la última mesa de lecturas y el homenaje formal al poeta español Luis García Montero, el literato mexicano Hugo Gutiérrez Vega subrayó que la partida de Alí Chumacero significa la transferencia “de un pequeño grupo de excelentes libros de gran poesía, donde la profundidad lírica se une a la perfección formal; nos deja su magisterio, su labor como editor, su sentido del humor, su alegría de vivir, su afirmación del goce de los alimentos terrenales. Nos deja muchas cosas”.

Gutiérrez Vega exclamó: “es una lástima que (Chumacero) se haya malogrado: tenía apenas 92 años, le faltaban ciento y pico”, aunque el director de La Jornada Semanal también reconoció que el poeta nayarita “escribió sus libros y se quedó callado, como Juan Rulfo, como Gorostiza. Ellos consideraron que su obra estaba ya terminada, que no había que agregar más, y Alí siguió trabajando como editor, pero como poeta ya no. ¿Y para qué? Ya había escrito lo que tenía que escribir, como Gorostiza ya había escrito Muerte sin fin y como Rulfo ya había escrito Pedro Páramo y El llano en llamas; eso es algo que tenemos que agradecerle también a Alí: el ahorro”.

Sin poder definir “si es buena o mala suerte”, Hugo Gutiérrez Vega relacionó el fallecimiento de Alí Chumacero con el mismo momento en que se realiza la actividad poética más relevante del país: “Sólo sé que es una fiesta que a él le gustaba mucho; vino varias veces y la gozaba mucho; estuvo en Oaxaca, vino aquí a Morelia. Entonces, esto es un doble motivo de pena, pero nos va dar la posibilidad de recordarlo. Creo que hoy todos le dedicaremos nuestras lecturas, además de a Luis García Montero, pensando en Alí Chumacero”.

Por su parte, Luis García Montero consideró que la partida de Chumacero “es una pérdida real para la poesía, primero por la calidad de su obra literaria, y después porque me parece ha dejado huella humana. No he tenido la suerte de tener trato con él, pero buena parte de mis amigos mexicanos lo consideran padre de la poesía; creo que tienen hoy un sentimiento de orfandad”.(La Jornada)