ESCRITORIO DEL EDITOR.

De acuerdo con la información proporcionada por el Banco de México, al 22 de octubre, el saldo de las reservas internacionales se registro en 109,477 millones de dólares, que  se han constituido principalmente por las ventas de dólares que tanto Pemex como el Gobierno Federal realizan al Banco.

Conforme lo dispone  la Ley del Banco de México, el Banco, “contara con una reserva de activos internacionales, que tendrá por objeto coadyuvar a la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional mediante la compensación de desequilibrios entre los ingresos y egresos de divisas del país”. La reserva se constituirá con: 

-Las divisas y el oro, propiedad del Banco Central, que se hallen libres de todo gravamen y cuya disponibilidad no esté sujeta a restricción alguna;

-La diferencia entre la participación de México en el Fondo Monetario Internacional y el saldo del pasivo a cargo del Banco por el mencionado concepto, cuando dicho saldo sea inferior a la citada participación, y

-Las divisas provenientes de financiamientos obtenidos con propósitos de regulación cambiaria, del Fondo Monetario Internacional, así como de bancos centrales de otros países y con otras personas morales extranjeras que ejerzan funciones de autoridad financiera.  
“Para determinar el monto de la reserva, no se considerarán las divisas pendientes de recibir por operaciones de compraventa contra moneda nacional, y se restarán los pasivos de la Institución en divisas y oro, excepto los que sean a plazo mayor de seis meses y los correspondientes a los financiamientos obtenidos”.

“El término divisas comprende: billetes y monedas metálicas extranjeros, depósitos bancarios, títulos de crédito y toda clase de documentos de crédito, sobre el exterior y denominados en moneda extranjera, así como, en general, los medios internacionales de pago”.

Las divisas susceptibles de formar parte de la reserva son únicamente:

Los billetes y monedas metálicas extranjeros;
Los depósitos, títulos, valores y demás obligaciones pagaderos fuera del territorio nacional, considerados de primer orden en los mercados internacionales, denominados en moneda extranjera y a cargo de gobiernos de países distintos de México, de organismos financieros internacionales o de entidades del exterior, siempre que sean exigibles a plazo no mayor de seis meses o de amplia liquidez;
Los créditos a cargo de bancos centrales, exigibles a plazo no mayor de seis meses, cuyo servicio esté al corriente, y
Los derechos especiales de giro del Fondo Monetario Internacional.

El Banco de México, es una persona moral de derecho público autónoma, que tiene  por finalidad proveer a la economía del país de moneda nacional.

Uno de sus objetivos prioritarios es procurar la estabilidad del poder adquisitivo de dicha moneda y se realiza por la Comisión de Cambios, formada por funcionarios de la Secretaria de Hacienda y Crédito Publico y del Banco.

Esta Comisión determino que desde finales de 1994, el tipo de cambio respecto del dólar, fuera determinado libremente por la acción de la oferta y la demanda del mercado, sin dejar de vigilar que estas operaciones en ningún momento afecten al sistema financiero mexicano y la economía nacional al desequilibrar el tipo de cambio y en caso necesario, intervenir utilizando, los recursos de las reservas, en el mercado para equilibrar el tipo de cambio.

Este mecanismo de intervención subastando dólares para evitar que el exceso de demanda dispare el tipo de cambio sin control,  formó parte de las medidas tomadas durante 2008 por la Comisión de Cambios en el momento más agudo de la crisis económica y financiera internacional para hacer frente a una gran incertidumbre en los mercados.

A la fecha, las condiciones, tanto en los mercados financieros internacionales como nacionales, se han normalizado y la liquidez en el mercado cambiario ha repuntado.

Sin embargo nadie puede asegurar que esta situación perdure indistintamente, de manera que en cualquier momento, se puede disparar la demanda de dólares por encima de la oferta y eso hará que el tipo de cambio se incremente en una medida tal que afecte nuestro comercio internacional y tengan que volver a utilizarse los recursos reservados para ofertar dólares y neutralizar la demanda.

Nos queda pendiente la respuesta puntual de ¿hasta que monto se dejaran crecer nuestras reservas?  
Ante ello surge una nueva versión de los “ninis”.

Ni el Secretario de Hacienda Cordero ni el Gobernador del Banco Carstens han podido responder.