POR LA ESPIRAL
-Más allá de la reconducción presupuestal
-El compromiso del Legislativo con México

En tiempos de construcción de una democracia madura, en este camino, hace falta desaparecer vestigios del pasado para lograr una sana relación entre los poderes de la Unión, fundamentalmente el entendimiento del Ejecutivo con el Legislativo y viceversa.

Año con año, los ciudadanos atestiguamos las dificultades legislativas para sacar adelante tanto una serie de iniciativas pertinentes para el país como para aprobar en tiempo y forma lo conducente en materia de presupuesto e ingreso.

 Los desafíos actuales demandan un Congreso más responsable, desde luego un quehacer legislativo democrático, lejos de los intereses de grupo y más cercano a los intereses de la Nación.

 Para que funcione la maquinaria legislativa en aras de impulsar el desarrollo del Estado es pertinente establecer una serie de cambios a favor de alcanzar lo mejor y dejar atrás el empantanamiento.

 Primero el tema del Presupuesto: año con año, el entendimiento del Legislativo con el Ejecutivo resulta un fracaso y cada vez empeora para detrimento de una democracia incipiente necesitada de alcanzar una mayoría de edad.
 Este año sucedió de nueva cuenta con la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2011, proceso en el que se avizoraba el  PRI pondría todos los obstáculos luego de las alianzas del PAN y PRD en distintas gubernaturas tras los reproches entre la dirigencia tricolor, Presidencia y la Secretaría de Gobernación.

 Por supuesto no sería, la del presupuesto, una tarea fácil ni sencilla de los 500 legisladores,  el PRI tiene 233 escaños (36.5%); PAN 146 (27.9%); PRD 72 (12.2%); PVEM 22 (7.7%); entre otros. De esta forma el PRI ostenta una mayoría en el Congreso.

 Los roces,  negociaciones, intereses de grupo y  canibalismo político sirven entonces un caldo de cultivo para pasar factura contra todo lo que huela al esquema oficial. Se juega con el papel de oposición para obstaculizarlo todo.
 Dentro de la guerra más sucia en la arena de la política es en el Congreso donde sucede su máxima expresión, insisto para detrimento de la ciudadanía y por supuesto, la democracia.

 Ni siquiera hablamos del paquete de reformas, se trata de un punto neurálgico como el PEF de cada año para que el Estado funcione, ¿qué haría el Estado sin su esquema de gastos anual? ¿cómo serían repartidos los ingresos esperados bajo determinado paquete económico sin saber cómo distribuirlo y gastarlo? ¿podríamos funcionar año con año repitiendo por ejemplo el mismo patrón de gasto de un mismo año?

 Lo que está en juego es la viabilidad del Estado, su salud financiera, ni siquiera hablamos de hacerle daño al Gobierno Federal porque la afectación sucedería contra un todo del que formamos parte.

 La dinámica entonces debe ir más allá de una reconducción presupuestal, la que indica que constitucionalmente al menos se garantiza que en caso de una emergencia el Estado no se quede sin presupuesto porque funcionaría el último esquema utilizado. Hay que asegurar algo más real.

A COLACIÓN

 De madrugada y al cuarto para las doce sucedió la aprobación del PEF 2011: hubo 454 votos a favor, tres en contra y cuatro abstenciones para aprobar un gasto neto total por 3 billones 438 mil 895 millones 500 mil pesos.

 Con circo, maroma, teatro y hasta dónde quedó la bolita del diputado petista Gerardo Fernández Noroña, al fin contamos con presupuesto para el próximo año.

 El desgaste de este proceso tiene que solventarse así como evitar los chantajes y despolitizar el presupuesto.  De alguna manera  debe  crearse un mecanismo para salvaguardarlo porque en la medida que éste sea preservado tendremos garantía  económica.

 No son pocos los mal intencionados deseosos de provocar la quiebra del Estado, demostrar el fracaso total, llevarnos a una parálisis para aumentar el desencanto ciudadano y figurar entonces como los nuevos redentores sociales.
 Hay mucho de peligro en torno a un presupuesto tan amenazado en su proceso de votación y aprobación, tampoco es un síntoma de tranquilidad que ante, cualquier emergencia, opere entonces el mismo esquema de gasto en curso.

GALIMATÍAS

 El otro gran punto del PEF tiene que ver con la forma de su reparto, subsisten muchas distorsiones en su distribución mismas que terminan impactando para bien o mal en la sociedad y ante las enormes carencias de los mexicanos.
 Hay que resolver aspectos de su distribución, año con año queda en evidencia no se trata de más dinero para el presupuesto, el meollo es repartirlo correctamente, buscar un equilibrio entre los aspectos sociales y el gasto de inversión y canalizar lo menos al gasto corriente.

 También mediante el presupuesto cerrar boquetes financieros en aquellas áreas problemas, abonar más donde sea requerido  y apuntalar la modernidad que el país urgentemente demanda  en infraestructura no es únicamente carreteras también son aeropuertos, trenes de alta velocidad, puentes, presas, obras hidráulicas.

 Después de una correcta distribución, la Cámara de Diputados debe apoyarse en una  comisión de vigilancia al gasto del PEF, por encima de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, de alguna manera para corregir los  subejercicios observados y heredados  año tras año, un síntoma de la mala administración ejercida por el Ejecutivo y el Gobierno Federal.

 Contar con los recursos y no saber cómo gastarlos no beneficia a nadie, la administración pública no está para ahorrar el presupuesto, todo lo contrario para tener un control fehaciente de gastos, vigilar su máximo cumplimiento y optimización  porque es dinero que tiene un fin público, muchas veces social.

 De esta forma consideramos que el presupuesto en el futuro inmediato tiene que subsanar los problemas de la reconducción presupuestal, despolitizarse, distribuirse correctamente y crearse los mecanismos para su vigilancia en el control de gastos a fin de evitar los subejercicios.

 Vamos debe posicionarse en su verdadera dimensión no únicamente democrática sino sustancial para la viabilidad económica del país, la garantía de supervivencia del Estado, el bálsamo de una paz social.
 Como poder, el Legislativo tiene una esencia insustituible, merece llenarse de los mejores hombres y mujeres, los más capaces y honestos; debe darle al país leyes progresistas e incluyentes, apostar por el punto medio, asegurar por encima de todo la salud financiera del país.
 P.D. Le invito a que opine del tema en mi blog http//claudialunapalencia.blogspot.com.