Será la primera vez que Guillermo Ochoa custodie el marco de la Selección Mexicana con José Manuel de la Torre como entrenador. Borrado de la primera convocatoria del “Chepo” y suplente de Alfredo Talavera, el sábado anterior contra Paraguay, el juego de hoy ante Venezuela luce como la única posibilidad de mostrarse para el meta del América, quien está convencido de que 90 minutos no son parámetro suficiente para ganar o perder un sitio en la lista de los considerados para disputar la Copa de Oro.
“Estoy tranquilo. Si no vengo, se habla; si estoy, también, pero sé de lo que soy capaz, cómo estoy trabajando, el proceso que he tenido, cómo pueden cambiar las cosas de un dÃa para otro, asà es que tampoco hay que demostrar algo, porque ya he jugado torneos importantes, eliminatorias, Copa de Oro, Copa América, y ahà vamos”, sentencia. “No es mi primer partido y éstos son de preparación, los primeros del director técnico, quien tiene que ir viendo gente, armando su equipo, y por supuesto que tiene que probar formaciones. No son juegos que definan algo”.
El destino parece encaprichado con el mediático arquero, quien recientemente ha sufrido para hacerse de un lugar en el Tricolor, drama que hace algunos años era inconcebible. LucÃa como el heredero natural de Oswaldo Sánchez, pero los yerros en momentos clave le han cobrado factura.
Una nueva oportunidad se abre. Ochoa está consciente de que llegó el momento de cruzar el umbral y entrar a la zona de consolidación. Da a entender que quiere jugar las Copas de Oro y América, sueño que más bien es utopÃa, debido a la cercanÃa de fechas entre ambos torneos y a la amplia baraja de opciones para la porterÃa que tiene “El Chepo”.
“El estandarte es alto. Hay que estar siempre a esa altura, pero está bien, porque no soy una persona conformista, siempre quiero más, deseo seguir aprendiendo más cosas”, sentencia. “Uno siempre está en la Selección para tratar de aportar al equipo y, en lo personal, siempre buscar jugar. En un partido no se va a ver cómo esté uno”.
Nicolás Navarro coincide con esa idea, aunque subraya que la actualidad es más importante que la hoja curricular.
El entrenador de guardametas en la Selección Nacional valora las condiciones y disposición de Ochoa, pero subraya que “no hay alguien seguro”.
“Somos gente de futbol y aunque estés en un club, yo estaba en Monterrey, seguÃamos viendo todos los partidos. Lo pasado se observa, pero el presente es lo bueno”, advierte. “Vamos a los entrenamientos, seguimos los juegos… Y ahora que los tenemos, los corregimos”.
Ochoa se aferra a su trayectoria, pero su desempeño de hoy será fundamental para ganarse un lugar en el Tricolor.