La comunicación de gobierno es una disciplina crucial que a veces se confunde con las relaciones públicas, la producción de notas de prensa, difusión de influencer o lograr ser tendencia en redes; pero la gestión de comunicar va más allá de simplemente transmitir información. Es un arte que requiere comprensión, empatía y estrategia. En un mundo cada vez más interconectado y digitalizado, el modo en que los gobiernos se comunican con sus ciudadanos puede determinar no solo la percepción pública, sino también la efectividad de las políticas públicas. El objetivo primario de esta tarea es lograr consenso y gestionar el disenso en los temas de políticas públicas.
Uno de los pilares de una comunicación gubernamental efectiva es la claridad. Los ciudadanos necesitan comprender el mensaje que se les está transmitiendo. Esto implica evitar el uso de jerga técnica y asegurarse de que la información sea accesible para todos, una comunicación a prueba de tontos, independientemente de su nivel educativo o contexto socioeconómico. La información es transmisión de datos y la comunicación es el dato envuelto en emoción, en esta era donde la estadística ha muerto en la comunicación, somos telenovelas, la gente está cansada de información, la gente quiere historias. Cuando un gobierno comunica de manera clara y sencilla, reduce la posibilidad de malentendidos y aumenta la confianza en las instituciones.
La transparencia es otro componente esencial. Los ciudadanos demandan saber qué decisiones se están tomando y por qué. La opacidad puede generar desconfianza y escepticismo. Por lo tanto, los gobiernos deben esforzarse por ser transparentes en sus acciones y en la información que comparten. Esto incluye no solo comunicar los logros, sino también los desafíos y las críticas que puedan surgir. Al hacerlo, muestran una voluntad de rendir cuentas y de involucrar a la ciudadanía en el proceso de gobernanza.
La empatía es igualmente fundamental en la comunicación de gobierno. En tiempos de crisis, de emergencias, de desastres naturales o pandemias, los ciudadanos buscan no solo información, sino también un sentido de conexión y apoyo. Los líderes deben ser capaces de comunicar mensajes que reconozcan las preocupaciones y el sufrimiento de las personas, ofreciendo no solo datos, sino también esperanza y soluciones. La comunicación empática puede ayudar a mitigar el miedo y la ansiedad, fomentando una respuesta colectiva más positiva.