De acuerdo con datos proporcionados por el CEIM, el país ibérico es el tercer socio inversionista en Venezuela,  después de Estados Unidos y de China; y, fundamentalmente, el volumen de negocio se genera por el petróleo. “Aproximadamente son 700 millones de euros al año,  entre petróleo, crustáceos,  aluminio y productos cerámicos. España exporta a Venezuela cerca de 137 millones de euros en lubricantes, ropa y aceite”.

Lo más cuantioso no es el comercio, sino la cantidad de empresas españolas, que han invertido en Venezuela y las hay de todos los tamaños: algunas importantes multinacionales como Telefónica que cuenta con una plantilla de 1 mil 700 trabajadores distribuidos por varias partes del territorio venezolano o bien, BBVA que tiene 300 oficinas bancarias y da empleo a 3 mil 500 personas sobre todo en Caracas.

¿Cuántas empresas españolas operan en Venezuela? Icex España Exportación e Inversiones, en un informe reciente, dio a conocer que actualmente están establecidas 60 empresas españolas; esto es, menos de la mitad de las que operaban en 2021 cuando sumaban 124  empresas.

Tras la decisión del Congreso español de reconocer a González Urrutia como el presidente electo de Venezuela, el gobierno de Maduro no se quedó cruzado de brazos.

“¡Que cesen de inmediato todas las relaciones diplomáticas, todas las relaciones comerciales! ¡Que todas las actividades de índole comercial de empresas españolas sean cesadas de inmediato!”, amagó Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela.

Rodríguez afirmó que el gobierno de Maduro está valorando una serie de acciones contra España en represalia por su apoyo a González Urrutia:  desde romper las relaciones, hasta tomar medidas contra algunas empresas, que operan en su territorio.

Por lo pronto, hace unos días sucedió la primera ofensiva: el  Ministerio de Exteriores venezolano llamó a consultas a su embajadora en España, Gladys Gutiérrez y al mismo tiempo, citó a consultas al embajador español en Caracas, Ramón Santos.

          Si bien, el presidente Sánchez se ha mantenido prudente en cuanto a reconocer a González Urrutia como presidente electo, a pesar de que lo ha recibido en la Moncloa y le ha ofrecido su apoyo durante su exilio político, han sido las declaraciones de la ministra de Defensa, Margarita Robles, calificando abiertamente de dictadura al régimen de Maduro lo que  desató la ira, del propio Maduro.

El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares,  ha intentado rebajar el tono de la tensión: “Son decisiones soberanas de cada estado, no hay nada que comentar; el gobierno trabaja para tener las mejores relaciones posibles con el pueblo de Venezuela… unas relaciones fraternales que, como con el resto de países latinoamericanos, van mucho más allá que con cualquier otro grupo de países en el mundo”.

También, Carlos Cuerpo, el titular de Economía, Comercio y Empresa va lanzando mensajes de tranquilidad para las grandes multinacionales establecidas en Venezuela:  “El gobierno defenderá sus intereses en el caso de que esto fuera necesario”.

A COLACIÓN

          A Maduro lo arropan los gobiernos de China y Rusia principalmente. Poco le importan, más o nuevas sanciones económicas,  impuestas por Estados Unidos o la Unión Europea.

          Mientras en Europa se habla del  proceso de “cubanización” de Venezuela, en Rusia y en China, su cercanía con el país sudamericano es un maná de oportunidades: el próximo 23 y 24 de octubre, en la ciudad rusa de Kazán, se llevará a cabo la reunión de los BRICS y Maduro será el invitado estrella.

          No se descarta que  el dictador ruso, Vladimir Putin, invite a Venezuela   a unirse a los BRICS; este bloque formado por: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, como socios originales,  vive una fase de expansión incluyendo a países como: Argentina, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos que se incorporaron desde el pasado 1 de enero.

          ¿Por qué interesa tanto Venezuela?  Rusia ha sido uno de los aliados más cercanos del régimen chavista, ya en  2006 con Hugo Chávez en el poder, se firmó un acuerdo de suministro de armamento sobre todo aviones de combate rusos a cambio de que Rusia accediese a los activos petroleros venezolanos.

Luego está  China que ha sido la otra gran muleta financiera de Venezuela. El gobierno de Xi Jinping considera al régimen venezolano como un aliado geopolítico y un importante socio comercial. Durante la última década, Beijing ha prestado a Caracas unos 70 mil millones de dólares, en su mayoría para proyectos de desarrollo, a cambio de futuros envíos de petróleo.

Los analistas estiman que el régimen de Maduro le debe a China unos 13 mil  millones de dólares. China está solo detrás de Estados Unidos e India como importador de crudo venezolano.  Y mientras, Venezuela profundiza  el enfriamiento de sus relaciones con diversos países occidentales, acelera su acercamiento con Rusia y China. Y, con España, podría incluso cumplir sus amenazas.