Solo en España, en 2023, se registraron dos mil fallecimientos relacionados con el calor producto de golpes de calor, hasta desvanecimientos y deshidrataciones. Entre los afectados niños, adultos mayores y no pocos trabajadores que realizan sus actividades al aire libre.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Europa es el continente que más rápidamente se está calentando: “La crisis climática condujo a que 2023 fuera conjuntamente uno de los dos años más cálidos jamás registrado en Europa. Con un número récord de días con estrés térmico extremo, las muertes relacionadas con el calor fueron superior a la normal”.
Estamos en plena temporada estival. El mes de julio ha sido muy caluroso aquí en España, casi un tormento de norte a centro y por supuesto, en el sur. Los días han sido infernales y las noches soporíferas sin aire fresco.
Desde el último quinquenio, cada año es peor en España y en el resto de Europa. Los termómetros rompen récords y los días cálidos y ardientes son eternos y las noches no dan tregua.
Imaginar este panorama, sin agua o ventilación, es prácticamente apocalíptico. Varias regiones del país ibérico se han salvado casi milagrosamente de los recortes de agua porque las lluvias entre, enero y abril, permitieron que los embalses volvieran a llenarse por encima de la mitad.
Agosto recién inicia y las temperaturas no son menos suaves. Los meteorólogos advierten que agosto dejará muchos días con termómetros por encima de los 40 grados en la mayoría de la geografía española. Mientras los telediarios ya hablan de los muertos que la ola de calor está dejando en el estío.
¿Tendrá España el clima de Marrakech en los próximos años digamos en 2050? Hay un análisis de prospectiva no solo en el país ibérico, sino en muchos otros países, que atañen con las perspectivas adversas del clima esperado.
Eso condiciona el ámbito económico. Hace unos años se presentó un informe de la Agencia Estatal de Meteorología que hablaba de cómo se espera el clima en los próximos 5 a 10 años en lo que básicamente se reafirman las tendencias: en este caso, en España, se esperan más olas de calor y temperaturas extremas más frecuentes y más duraderas eso implica también mayor desertificación en el territorio.
Al respecto, van proliferando los estudios que indican que el clima semiárido se está extendiendo por España; incluso, hacia el sur de Madrid, se advierte que un 20% del territorio sufrirá estas consecuencias.
No hay ningún pronóstico bueno en este sentido para los próximos años, esto es una cruel realidad. Madrid, podría tener un clima similar al de Las Vegas con mínimas de 30 grados y máximas de 43 grados.
A COLACIÓN
Tenemos una visión sobre el cambio climático con estaciones del año menos frías, menos cortas; menos lluviosas y meses con días mucho más largos y cálidos. Es decir, habrá que enfriarse.
Hace poco, una señora en la calle que intentaba resguardarse del sol mientras esperaba el autobús para ir al banco, me hizo una reflexión: “Si nuestros veranos serán así habrá que cambiar nuestros hábitos y salir a la calle antes de las 11 de la mañana y volver a salir después de las 10 de la noche”.
Y no me parece descabellado. Tarde o temprano llegará y habrá que alterar nuestro estilo de vida. Hay mucho en juego, el turismo, la economía, los viñedos, los cultivos… nuestra propia vida.
Sí, hay una amenaza y nosotros tenemos una responsabilidad. Esto ya no es algo que va a pasar… porque nos está sucediendo ahora. Hay que hacer lo mejor posible para no sucumbir ante esta ola infernal.