Si China es líder en producción y exportación de tierras raras, la economía norteamericana es un importante importador de éstas; por ende, está resintiendo toda la inestabilidad global en los mercados provocada primero, por la pandemia; segundo, por la invasión de Rusia a Ucrania y, ahora, por las tensiones en Medio Oriente.

Sin varios metales, de los considerados tierras raras, no sería posible la fabricación de los teléfonos inteligentes. Léase los smartphones de esos que Apple sabe vender y muy bien.

Desde 2021, las empresas fabricantes de smartphones han enfrentado una serie de dificultades para tener, en tiempo y en forma, todos los suministros y componentes para producir sus aparatos.

En especial, estos retrasos se observaron en el iPhone 14. Entre julio a septiembre de 2021, Apple vendió 50.4 millones de unidades de este smartphone, debió vender más en dicho período pero tuvo problemas en el suministro de diversos componentes sobre todo chips y pantallas.

Y, eso significa, pérdida de competitividad: en dicho período, entre julio y septiembre de 2021, Apple se ubicó  como  la segunda empresa con mayores ventas detrás de Samsung con 69 millones de unidades y en tercer lugar la china, Xiaomi, con 44.3 millones de móviles.

            La revista Canadian Geographic, publicada por la Royal Canadian Geographical Society, destripa por dentro un smartphone para que la gente comprenda el potencial poder de las tierras raras.

Sus componentes fundamentales están fabricados a partir de los siguientes elementos: 1) El estaño, se utiliza en un óxido que permite que la pantalla funcione como una pantalla táctil; 2) el neodimio, el disposio y el praseodimio, sirven  para fabricar imanes que hacen que el teléfono vibre; 3) el aluminio da forma al vidrio de muchos teléfonos inteligentes y también se usa en la carcasa de la batería; 4) el praseodimio, el gadolinio y el neodimio, sirven para los imanes de los altavoces; 5) el terbio, europio, disprosio, praseodimio, lantano e itrio, para crear los colores brillantes en la pantalla; y, 6) los metales preciosos como el cobre, el oro y la plata se utilizan para los componentes microeléctricos del teléfono.

A  COLACIÓN

 Si bien China ostenta la supremacía en los minerales raros, hay otros actores que  terminarán sumados a la competencia; al respecto, un análisis de The Brookings Institution avizora  el futuro en  el renglón de la producción de estos preciados minerales y África brilla de forma importante.

 La economista Gracelin Baskaran  puntualiza  que estos diecisiete metales “son críticos para la seguridad humana y nacional”  y desatarán una  feroz competencia por obtenerlos.

“De manera preocupante, la producción de estos minerales de tierras raras se ha mantenido concentrada. China tiene una posición dominante en el mercado, de hecho, ante  las crecientes tensiones geopolíticas en torno a China y Taiwán, vemos cómo Estados Unidos, Australia, Canadá y otros países buscan reducir su dependencia de China como fuente de producción y procesamiento de tierras raras”, indica la especialista.

Y en esa geopolítica y geoeconomía, los países africanos tendrán un papel relevante, como explica Baskaran: “Con su rica dotación de productos básicos clave, los países africanos pueden aprovechar esta búsqueda de nuevas fuentes de elementos de tierras raras para generar ingresos muy necesarios para financiar objetivos socioeconómicos básicos y reducir la pobreza, utilizar el Área de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA) para mejorar la generación de riqueza y fortalecer las alianzas comerciales globales”.

La investigadora señala que el potencial completo de África en tierras raras está en gran parte desaprovechado debido a los bajos niveles de exploración. Le hace falta dinero y programas dirigidos concretamente a dichos fines.

De acuerdo con el estudio de Brookings, el presupuesto de exploración minera en África subsahariana –en 2021– fue el segundo más bajo del mundo: aproximadamente la mitad del de América Latina, Australia y Canadá, a pesar de tener el triple de la superficie de Canadá y Australia.

Ese año sobre una base anual, el presupuesto de exploración de Canadá aumentó un 62%, seguido por un 39% en Australia, un 37% en Estados Unidos y un 29% en América Latina. El presupuesto para África creció solo un 12 por ciento.

Para la especialista, África debe usar los recursos de manera estratégica para construir asociaciones comerciales sólidas y fortalecer su presencia en las cadenas de valor globales, particularmente con Estados Unidos, la UE y Australia. Aunque ni Rusia, ni muchos menos China,  ni la creciente presencia del extremismo radical yihadista que controla diversas regiones –junto con sus cadenas de valor– querrán quedarse de lado en el futuro despegue africano. Y eso traerá muchas nuevas tensiones globales.

Claudia Luna Palencia

Journalist Economist Writer