-Destacó que el proyecto que encabeza es ganador, porque tiene su sustento en los planteamientos que la gente ha venido realizando tanto en los espacios de consulta efectuados en el marco de su campaña, como en los recorridos que ha efectuado a lo largo y ancho del territorio estatal

En unión retomaremos camino por la justicia, el desarrollo y la paz, por lo que seguiremos construyendo la ruta del triunfo de cara al dos de junio ¡porque es el futuro de México el que está en juego!, recalcó Araceli Saucedo Reyes, candidata al Senado de la República por la Coalición Fuerza y Corazón por México.

La candidata destacó que el proyecto que encabeza es ganador, porque tiene su sustento en los planteamientos que la gente ha venido realizando tanto en los espacios de consulta efectuados en el marco de su campaña, así como en los recorridos que ha efectuado a lo largo y ancho del territorio estatal.

“Es un profundo orgullo tener la posibilidad de representar a la sociedad michoacana enarbolando un proyecto que es de ella, y que tiene un compromiso latente con el presente y el futuro no solo de nuestro querido estado, sino de la nación en su conjunto”.

Araceli Saucedo recordó que Michoacán históricamente ha sido un estado de vanguardia en las transformaciones políticas y democráticas en el país, pues tiene una cultura política progresista, democrática, nacionalista y popular, la que constituye la base ideológica que le da fundamento social y garantía, por lo que consideró de justicia la existencia de una red de protección social para la entidad, que lo fortalezcan.

“A pesar de los grandes antecedentes históricos y culturales de Michoacán, de su riqueza natural y social, así como de su ubicación estratégica en el territorio nacional y en el mundo, la falta de brújula en el ejercicio actual del gobierno estatal, y el desdén y castigo que ha padecido de la federación en el último lustro, ha complicado la situación de adversidad que enfrenta”.

La candidata señaló que de no enfrentar los grandes desequilibrios sociales, la exclusión, la falta de opciones de desarrollo para las comunidades, difícilmente será efectiva cualquier política que se proponga retomar la ruta del crecimiento económico o garantizar paz y seguridad a la población.