Un tesoro arqueológico de 17 pirámides y miles de tumbas enterradas bajo el suelo de Egipto ha sido descubierto gracias al uso de un satélite de la NASA.

Las excavaciones ya han confirmado la presencia de varias de estas reliquias en un trabajo que se dio a conocer el miércoles a través de un documental de la BBC, canal que financia la excavación. «No podía creer que los satélites pudieran ayudarnos a descubrir todas estas maravillas enterradas desde hace siglos», dice el profesor Parcak, de la Universidad de Alabama. «Excavar y encontrar una pirámide es el sueño de todo arqueólogo».
 
Durante más de un año, Sarah Parcak ha utilizado las imágenes que tomaba un satélite de la NASA que se encuentra en órbita a 700 km de altitud. Gracias a él, el profesor logró multitud de imágenes de alta resolución e infrarrojos de la necrópolis de Saqqara y Tanis, un importante yacimiento arqueológico situado en el noreste de Egipto. La imagen infrarroja distingue entre los diferentes materiales enterrados e identifica las estructuras bajo la superficie.
 
Esta nueva tecnología amplía los límites de la arqueología tradicional. El satélite «nos da una perspectiva mucho más amplia de los yacimientos arqueológicos», dice el profesor Parcak. «Indiana Jones ya pertenece a la vieja escuela, nos mudamos a otra cosa, lo siento Harrison Ford», bromea Sarah Parcak.
 
Si las autoridades egipcias no estaban inicialmente convencidas de esta investigación, los resultados de las primeras excavaciones en Tanis no han dejado lugar a dudas. «Estos hallazgos validan la incorporación de la tecnología a nuestro trabajo».